Uno de los productos más típicos de las fiestas de fin de año, al menos en Argentina, son las frutas abrillantadas, que no solo se utilizan como ingrediente fundamental del pan dulce, el budín el panetone y otros postres habituales en estas épocas, sino que también se consumen por sí mismas, como un snack.
Eso sí: la fruta abrillantada tiene dos contraindicaciones: una es su contenido calórico y exceso de azúcares; la otra es el precio.
Para la primera, se recomienda un consumo moderado y no habitual. Para la segunda, la solución es fabricar tu propia fruta abrillantada.
¿Cuánta fruta abrillantada puedo consumir?
La fruta abrillantada o confitada tiene varios beneficios para el cuerpo humano. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir infecciones, dado su alto contenido en vitamina C. También contribuye a combatir el envejecimiento celular, por su nivel de antioxidantes y minerales.
Sin embargo, su consumo habitual no es recomendable. Es que contiene un alto contenido calórico y de azúcar, que puede contribuir al incremento de peso, el desarrollo de la diabetes o la aparición de caries en los dientes.
Por eso, los expertos recomiendan un consumo de fruta abrillantada moderado y ocasional, ya que advirtieron de que una porción de 100 gramos de este snack contiene aproximadamente 300 calorías y 80 gramos de azúcar.
¿Cómo preparar fruta abrillantada en casa?
Elegir la fruta que se desea preparar
Los alimentos más comunes son las naranjas, los limones y las cerezas; aunque también se suelen emplear el pomelo, el ananá, el durazno o la pera como ingrediente principal. Deben estar maduras en su preferencia.
Lavar y pelar la fruta
Se debe retirar la pulpa y, posteriormente, cortar la pieza en pedazos pequeños.
Eliminar el sabor amargo
Poner la fruta en agua hervida con sal, realizando un cambio de la mezcla cada día, hasta que se ablande la textura. Esto hará que también desaparezca el amargor del gusto.
Cocinar la fruta
Una vez se escurre, se prepara una olla con agua y azúcar para obtener el almíbar. En cuanto a las proporciones, se recomienda emplear el mismo peso de azúcar que de frutas y, en relación, la mitad de peso en agua.
Se cocina la fruta a fuego lento hasta que el jarabe se vuelva espeso y los pedazos cristalicen.
Dejar reposar la mezcla durante al menos 12 horas para que la fruta absorba todo el sabor del almíbar.
Glaseado o escarchado
Si el consumidor lo desea, la fruta puede ser glaseada o escarchada. En el primer caso, se deberá cubrir con azúcar granulada, en un resultado brillante, uniforme y liso. En el segundo, el acabado dará esa sensación visual de “escarcha”, a modo de cristales diminutos.