Un estudio reciente reveló que el mosquito Aedes aegypti, principal transmisor del virus del dengue, presentó actividad inusual en todas sus etapas (huevo, larva, pupa y adulto) en agosto de 2024 en la ciudad de Córdoba. Este hallazgo, publicado en la revista The Lancet Regional Health Américas, eleva las alertas sobre posibles brotes epidémicos anticipados en los próximos meses.
Tradicionalmente, las poblaciones de este mosquito comienzan a estar activas en las zonas templadas de Argentina entre octubre y noviembre. Según informó el portal Infobae, las temperaturas inusualmente altas en invierno, atribuidas al cambio climático, permitieron su supervivencia y reproducción anticipada.
Según los investigadores, liderados por Elizabet Estallo de la Universidad Nacional de Córdoba y Michael Robert de la Universidad de Virginia Tech, el cambio climático está impulsando la expansión del Aedes aegypti hacia latitudes más al sur. Además de facilitar la transmisión de dengue, el mosquito puede propagar Zika, chikungunya y fiebre amarilla.
La peor epidemia de dengue en Argentina
El país registró cinco epidemias nacionales de dengue en las últimas décadas, siendo la de 2023-2024 la más letal, con 419 muertes confirmadas.
Aunque la transmisión suele disminuir en invierno, este año persistió en provincias como Chaco y Formosa, lo que representa un cambio significativo en la dinámica de la enfermedad.
Expertos como Aníbal Carbajo, del Conicet y la UNSAM, y Victoria Micieli, de la Universidad Nacional de La Plata, advierten que los casos autóctonos reportados recientemente en Córdoba, Buenos Aires y otras provincias podrían ser el preludio de una nueva epidemia considerable. La actividad temprana del mosquito y las dificultades para eliminar criaderos urbanos incrementan este riesgo.
Estrategias para prevenir brotes
Los científicos proponen medidas integrales para mitigar el impacto del dengue:
- Monitoreo constante de factores climáticos, epidemiológicos y del vector.
- Promoción de acciones ciudadanas, como la eliminación de recipientes que acumulen agua en los hogares.
- Enfoques interdisciplinarios que involucren a comunidades, científicos, gobiernos y el sector privado.
- Cooperación regional para compartir datos y herramientas entre países afectados
(Fuente: Infobae)