Por el ajuste en la obra pública y la recesión, el consumo de cemento en Misiones registra una merma interanual del 50% en relación a 2023 y muestra su peor caída desde la pandemia, de acuerdo con cifras que se desprenden del Informe de Coyuntura del IERIC, con datos de agosto y septiembre de este año.
“El sector de la construcción se encuentra prácticamente paralizado, y el panorama hacia adelante tampoco muestra mucha variación”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el titular de la Cámara de la Construcción, filial Misiones, Oscar Marelli, consultado sobre el panorama local, que sería bastante crítico. Según el mismo informe del IERIC, a nivel nacional el consumo de cemento marcó en septiembre una tasa de descenso interanual del 18,4%.
De hecho, el informe menciona que el registro de ese mes fue prácticamente similar al de 2010, superando desde entonces solo al de igual mes de 2012. En ese sentido, el tercer trimestre del año cerró con un consumo promedio mensual de 905.305 toneladas, por debajo de las 939.128 toneladas del mismo período comparado con 2020.
El carácter distintivo de esta situación es la “magnitud” de la caída, siendo incluso mayor que la de 2020, año de la pandemia, y la extensión temporal de la disminución en los despachos a granel, que está muy asociada a la relativa parálisis de las obras financiadas con fondos públicos a nivel nacional.
“Primeros y últimos”
“Hay sectores en el país que están hablando de una reactivación que, tímidamente, está comenzando, como el de alimentos y algunos otros rubros, pero esa reactivación va a llegar al sector de la construcción al final. Ocurre como cada vez que hay crisis: primero los números se empiezan a acomodar en cosas básicas como alimentación y salud, mientras que la industria de la construcción queda para lo último y seguramente se reactivará, así como fue la primera en paralizarse. Nosotros, por ahora, no notamos en nuestro sector la reactivación que dicen que está comenzando”, explicó el empresario, quien también habló de la caída en la mano de obra, la suba de costos y de que los materiales volvieron a disminuir su ritmo de aumento, elevándose un 1,9%, de acuerdo con cifras del estudio en cuestión.
“La esperanza es que cuando uno ve comenzar (la reactivación), eso nos hace prever que seguramente en algún momento nos tocará”, añadió Marelli.
Mano de obra
Los registros del IERIC mostraron en septiembre una caída acumulada importante en la ocupación, que llegó al 41% en Misiones, mientras que la variación mensual se sostiene en -2% y la interanual ya trepó al 40%.
“En términos globales, la obra pública ha disminuido casi a cero, con algunas prioridades que el Gobierno mantiene. En cuanto a la obra privada, también se ve afectada porque, obviamente, la crisis hace que los inversores retraigan la inversión. Creo que el sector menos afectado debe ser el informal, donde los obreros han conseguido algunas ‘changas’, trabajos menores de restauración o pintura que no están formalizados, por lo menos desde el punto de vista estadístico. Pero detectamos esta actividad porque los obreros que están parados nos cuentan de estos trabajos ocasionales, que les resultan más rentables que estar sin hacer nada”, detalló.
Licitación del puente Moconá
A propósito del panorama local del sector, Marelli también fue consultado por la reciente caída de la licitación del puente al Moconá, que financiaba el BID, debido a la falta de oferentes.
Según explicó, la situación económica del país hace que “no cierren los números”.
“Cuando se hizo el llamado a licitación, la situación era distinta a la actual. Quizá si el llamado fuera ahora, habría oferentes, no lo sé; pero en su momento la incertidumbre sobre los fondos y la situación financiera hacía impredecible calcular el costo del dinero, lo que hizo que los empresarios prefirieran esperar. Lo que se ve hasta ahora es que hubo que detener obras y ralentizar otras. Me parece que el pensamiento de los empresarios actualmente es finalizar lo que estaba en marcha y luego ver si se pueden encarar nuevos proyectos”, analizó Marelli.
