El director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Alfonso Peña, se encuentra en el centro de las críticas por el escandaloso vuelco de una grúa comprada hace pocas semanas, valuada en 900 mil dólares, que habría sufrido graves daños mientras realizaba tareas en la costa paraguaya de San Cosme y Damián, frente a Rincón Ombú Chico, provincia de Corrientes.
Peña, compañero de colegio de Mauricio Macri, ya venía acarreando cuestionamientos por haber encabezado una “cacería de brujas” como dicen los empleados, al despedir a más de 100 personas sin causa, casi todas ingresadas durante los últimos años, en las gestiones de Ignacio de Arrechea y el formoseño, Fernando de Vido.
El incidente fue el viernes por la tarde, cuando una grúa móvil de la Entidad Binacional valuada en US$ 900 mil, volcó al costado del dique que bordea el embalse, a la altura de San Cosme y Damián, en el departamento de Itapúa. Desde el lado paraguayo de la hidroeléctrica no quisieron dar demasiada información y se limitaron a decir que el vehículo sufrió un desperfecto técnico que el operador no pudo resolver.
Lo cierto es que la grúa XCMG, de origen chino, entró en funciones hace apenas un mes. Pablo Rossi, miembro del sector de Coordinación y Logística de Yacyretá, había presentado el nuevo equipo como “fundamental dentro de los planes de mantenimiento preventivo que se realizan sobre las unidades generadoras y los trabajos de rehabilitación y la logística de piezas de gran volumen y peso”.
La grúa móvil llegó para reemplazar un equipo que ya había cumplido su vida útil, y contaba con “una capacidad de 100 toneladas, capaz de trabajar en lugares confinados, en espacios reducidos”, como era el caso del dique donde se produjo el accidente. Los ingenieros de la EBY esperan un peritaje para conocer el motivo por el cual el vehículo falló y terminó por caer, aunque por los daños podría quedar inutilizable.
Según fuentes de la entidad, para salir de la central, la grúa necesita de la autorización de los dos directores de la EBY, es decir, el argentino Alfonso Peña y el paraguayo Luis Benítez. “No debería estar fuera del ámbito de la central. No se saca ese tipo de equipos sin el ok de los directores”, aseguraron. Por eso, hablan de la responsabilidad de las máximas autoridades.
Alfonso Peña fue especialmente elegido por Mauricio Macri para ese cargo. El director argentino de la EBY fue compañero de colegio del expresidente en el Cardenal Newman y trabajó en Mirgor, la primera empresa de Nicolás Caputo. Además, estuvo al frente de Decavial, firma que se asoció a Caputo SA para la compra del terreno del Hospital Ferroviario en 2008, por la suma de US$ 6 millones.
Tras la adquisición, el Gobierno porteño modificó la zonificación del predio, lo que permitió que estas dos empresas vendiesen el terreno en US$ 23 millones. Peña también ocupó una silla en el directorio de Cunumí SA, firma adjudicataria de varias licitaciones de obra pública en Buenos Aires cuando Macri era jefe de Gobierno.
El líder del PRO, amigo del expresidente Horacio Cartes, presionó a Milei para poner a su excompañero del Newman en la hidroeléctrica, luego de que el libertario se decantara por Guillermo Nielsen para desembarcar en la embajada argentina en Asunción.