¿Alguna vez te pasó pensar que no tenés la experiencia o capacidad suficientes para avanzar con tu emprendimiento? ¿O crees que no podés vender lo suficiente para vivir como emprendedor? Empezar y avanzar con un negocio puede ser difícil. Se necesita tiempo, energía e inversión para tener los resultados que se esperan. En esa situación surgen un montón de emociones y pensamientos que te limitan para encontrar nuevas soluciones. Esto puede deberse a muchas creencias que tenés incorporadas y que te están reteniendo en un presente que querés cambiar.
¿Qué son las creencias limitantes? ¿De dónde vienen? Empezar a reconocerlas es un gran paso para transformarlas y que dejen de ser una limitación.
Una creencia es una idea que internalizamos, en general sin darnos cuenta, y que marca una dirección en nuestro comportamiento. La mayoría de las veces resulta difícil identificarlas porque las incorporamos desde nuestra infancia, en la que absorbemos todo lo que escuchamos y nuestros cerebros creen que es verdad. Así, incorporamos nuestras creencias más poderosas a partir de las cuales interpretamos el mundo y actuamos.
Es importante tener en cuenta que esas creencias, que tomamos como “verdades”, a veces pueden abrirnos posibilidades, pero en otras pueden limitar nuestras acciones y lo que queremos alcanzar. A estas últimas las llamamos creencias limitantes porque justamente nos retienen en una determinada manera de vivir y hasta pueden mantenernos en el miedo y la ignorancia.
Las 6 creencias limitantes más comunes al emprender: las creencias más frecuentes que escucho y que limita para avanzar con un emprendimiento, son:
1. “A mi edad es muy difícil”.
2. “Necesito bastante dinero para emprender”.
3. “No sé lo suficiente para que un negocio funcione”.
4. “No soy buen vendedor”.
5. “En mi país es muy riesgoso empezar un emprendimiento”.
6. “Ya hay alguien que hizo esto”.
Mi consejo es: ¡Cuestiónate todo! Porque las creencias limitantes nos frenan, nos cohíben y nos impiden desarrollarnos. interfieren entre nosotros y nuestros objetivos en la vida. Pregúntate para qué crees lo que crees, pregúntate si hay algún beneficio oculto para quedarte en esa zona de confort y no atreverse a cambiar.
Karyna González
Fundadora de Spacio Mujer
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