Dos días después de que fuera denunciada la desaparición de un chofer de Uber de 52 años, la policía ubicó el vehículo abandonado y con rastros de violencia dentro del mismo. Del paradero de Jorge Raúl Acuña aún no se sabe nada.
Este miércoles por la tarde investigadores de la UR-I comprobaron que un Fiat Siena que estaba estacionado en una calle sin salida, a metros del cementerio La Piedad, era el del hombre buscado.
El vehículo blanco estaba sobre la calle Pedro Correa, a unos 20 metros de la avenida Almirante Brown. Quien lo dejó allí, dobló en la cortada y lo dejó estacionado sobre el lado izquierdo, justo debajo de un árbol. De esa lado solo hay un muro lateral de una vivienda. El que conducía se aseguró de detenerse en un lugar donde al descender no quedara directamente frente a la entrada de un domicilio. Quién era esa persona, es materia de investigación.
La policía detectó el Fiat luego que llamara la atención que ese automóvil sin patente en la parte trasera estuviera detenido allí de forma sospechosa. Tras cotejar el grabado de los cristales, verificaron que era el vehículo que alquilaba Acuña para trabajar con la aplicación de viajes. Intervino personal de la Dirección Policía Científica, que comenzó las pericias del Siena.
Según pudo averiguar este Diario, en el habitáculo encontraron rastros de al menos dos disparos y presuntas manchas de sangre. Recogieron las muestras para cotejar que correspondan efectivamente a sangre humana y determinar por ADN de quién podría tratarse.
Los investigadores tienen por delante la tarea de buscar imágenes de cámaras de seguridad del 911 y de domicilios de la zona, que permitan observar el momento antes y posterior a que bajara quien conducía el vehículo.
Por otra parte, en base a testimonios de su círculo familiar y laboral, buscan algún dato que permita establecer qué puede haber sucedido con el hombre desaparecido.
Según denunció su pareja el pasado lunes en la comisaría Quinta de Garupá, Jorge salió de la vivienda que compartía con él en barrio Santa Helena aproximadamente a las 15. Él le dijo que tenía que dirigirse a un taller mecánico ubicado sobre Lavalle en inmediaciones de Tambor de Tacuarí.
Los pesquisas confirmaron que efectivamente Acuña estuvo en el local esa tarde, pero luego le perdieron el rastro. En este punto también serán importantes los datos que la policía pueda obtener en base al barrido de cámaras del 911 para intentar seguir el recorrido del automóvil.
El lugar del hallazgo del vehículo fue vallado para que pudieran trabajar los profesionales de la policía. Cuando familiares de Acuña llegaron al sitio se observaron escenas de dolor, ante la incertidumbre de no saber qué fue del hombre.
En base a los primeros indicios, la hipótesis más firme con la que cuenta la policía es la de un posible homicidio.
Interviene el Juzgado de Instrucción 1, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo.