Ayer en el Club Alemán de la ciudad capitalina se realizó la segunda edición de la Feria Medieval de Misiones. Este encuentro reunió a numerosas personas interesadas en el recreacionismo histórico, la fantasía medieval y la cultura popular que rodea a este mundo, que cada año convoca a más participantes.
En crecimiento
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN Facundo Centurión, de Juglares Drakari, explicó que en una feria medieval “básicamente hacemos la parte recreativa histórica de época, de lo que fueron los años 400 al 1.200 aproximadamente, dependiendo de los historiadores, porque hay algunos que lo van a extender un poco más”.
En esa recreación, mencionó la participación de “los juglares, que eran los bardos desconocidos, gente que hacía danza, canto, poesía. Después tenemos el tema del canto con los monjes, melodías gregorianas de época”. Sumado a esto, hubo exposición de combate medieval, feria y comida de la época, que fue muy buscada por los asistentes.
Sobre la segunda edición, resaltó la buena convocatoria y recepción de la gente, donde esperaban duplicar la convocatoria que tuvo la primera feria del 2023. En esta ocasión, señaló que “se está notando mucho que la gente lo disfruta y este año se está entendiendo más el tema del juego de rol”.
Recordó también que, en su primera edición, asistieron a la Feria Medieval más de 450 personas y ayer la convocatoria fue importante: “La idea es seguir creciendo y cada vez organizar la feria en menos tiempo, que hasta ahora se cumplió. El año pasado fue en agosto, este año está siendo ya en julio, entonces estamos intentando acortar los tiempos y a la vez agregar más cosas”, relató.
Desde la organización de este encuentro, indicó que la movida medieval en Misiones fue conformándose de a poco, con la importante participación de los hermanos Pereira, que se encargan del Soft Combat, lucha con armas de la época. Además, contó sobre los diferentes proyectos que encaminaron a que surja Misiones Medieval.
Asimismo, Centurión comentó que su interés personal en el recreacionismo histórico se da porque “soy muy fan de lo que son los videojuegos y me fue atrapando más por ese lado”. Entre las diferentes influencias, contó acerca de juegos como World of Warcraft, God of War, la influencia de las películas medievales y los juegos de rol, junto con destacadas figuras históricas.
El mundo esotérico
Entre los stands de la feria, Florencia Lartige, del emprendimiento Sacrilegio, contó a PRIMERA EDICIÓN que se dedica a la elaboración de velas, sal de bruja, baño de descarga, las cuales “son distintas cosas para el cuidado energético, personal y del mismo espacio en donde estamos y todo lo que eso conlleva dentro de lo que es la parte esotérica e idealista del ser”.
Acerca de la relación de diferentes pócimas con la cultura medieval, respondió que “mi conexión la tengo con la cultura celta, la conexión con la naturaleza, como se les decía los herejes, los brujos y demás”.
En cuanto a la atracción por lo esotérico, aseguró a muchos les interesa “más que nada esto de conocer algo nuevo y ver si a uno le resuena también”. En la práctica, “con preguntar no perdemos nada con ver si nos hace sentir bien y nos sentimos cómodos”, añadió.
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Vestidos para marcar la figura
Por su parte, en materia de elaboración de la indumentaria medieval, la diseñadora Constanza Salto, del emprendimiento Atelier de Connie, compartió que “me dedico a todo lo que es corsetería, también vestidos, camisas, principalmente a indumentaria femenina, pero también he hecho trabajos diseño masculino, siempre respetando la línea estilo medieval”.
En la época, reveló que la confección de la ropa era muy diferente: “Había trajes, vestidos tipo doncella, con mucho volado”. En cuanto a la figura, afirmó que se valoraba “todo lo que es ceñido al cuerpo, estaban los corsets, que fue la principal prenda para ajustar la cintura y también los hombres usaban ese estilo, con cinturones para marcar la figura”. Para ello, compartió que requirió una investigación histórica, además de basarse en películas y series de la época.
En comparación, Salto detalló que “obviamente no había tantas herramientas como hay hoy en día. Antes se usaba mucho lienzo y otras telas que eran muy nobles, se usaba mucho algodón”. Para su elaboración, indicó que depende de los modelos y los diseños, “según la dificultad que tenga y hacer a medida, entre tres a cinco días”.