Cuando eras hijo, estaba distante aún la posibilidad de ser padre, muchas veces quizás no estuviste de acuerdo con el tuyo y otras sentías que era tu héroe, pero todavía faltaba para que llegara tu turno.
Un día, todo cambió, recibiste la noticia de que serías padre, muchas cosas pasaban por tu mente y tu corazón, ¿cómo serías como padre? ¿podrías saber cómo actuar ante las situaciones?
Pero tenías nueve meses para acomodar la cabeza, ordenar las ideas, pensar como sería tu mundo cuando él o ella llegara.
Hablaste con amigos que ya habían pasado por la experiencia y todos te decían: “aprovechá para dormir ahora que podés” o “vas a gastar fortuna en pañales”.
Nadie nunca te dijo lo que iba a significar tener a tu bebé recién nacido sobre tu pecho desnudo. Ese día fue cuando todo cambió.
Sin ser médico estuviste en el quirófano, viste cuando tu hijo asomaba al mundo, escuchaste su primer llanto y al poco tiempo, te tocó cambiarle los pañales.
Tan chiquito, tan frágil parecía y de golpe sentiste la tremenda misión que tenías, la de acompañarlos, educarlos, apoyarlos para que crezcan libres, con valores y felices.
Esa noche te quedaste mirando los ojitos cerrados de tu bebé pensando mil cosas y los años pasaron, nada volvió a ser como antes, desde ese día, todo cambió.
Y no solo por los ruidos, las actividades infinitas que siempre tienen además del colegio, llevarlos y traerlos, cambió porque dentro tuyo nació una fuerza poderosa para impulsarte a ser tu mejor versión.
Descubriste un amor profundo capaz de convertirte en la persona más valiente que atraviesa todos los obstáculos, solo por enseñarles con tu ejemplo a no renunciar, a tomar decisiones, correr riesgos, poner límites aunque sean difíciles.
Y hoy es tu día, y se viene a tu mente tu papá y tu hijo o hija al mismo tiempo, de golpe comprendiste a tu papá con sus aciertos y errores y sentiste el amor de tus hijos más allá de que ya están más grandes y saben que no sos un superhéroe.
Sos alguien mejor, sos un hombre “de carne y hueso” con la fuerza de un superhéroe si de tus hijos se trata y con un amor enorme que nació, así, de repente, un día en que todo cambió.
Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
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