La policía capturó en esta localidad a Ramón Alberto Martínez, alias “Beto”, de 36 años, vinculado a un reciente y millonario asalto en Candelaria y que a su vez es uno de los cuatro acusados de matar a balazos en un intento de robo a Juan Carlos Scholz (53), comerciante arenero de San Ignacio en 2016.
Fue ayer y en el marco de un operativo a cargo del personal de la Dirección Investigaciones Complejas (División Robos y Hurtos-Sustracción de Automotores).
Los investigadores llevaron a cabo allanamientos en dos domicilios ubicados en el barrio Fátima, en uno de los cuales detuvieron al sospechoso e incautaron varios elementos, entre ellos un aire acondicionado tipo split, aberturas varias como ser puertas y ventanas, un anafe y cajas de cerámicas, todos elementos adquiridos recientemente. El involucrado formaría parte de una banda por la cual ya hay cuatro detenidos, entre ellos otro individuo con frondoso prontuario: Yohel Pereyra.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN en exclusiva, a mediados de mayo pasado “Beto” Martínez, junto a dos cómplices, acordó en un juicio abreviado cumplir con una pena de prisión efectiva de 16 años por el crimen de Scholz.
Sin embargo, este acuerdo caería porque resta que se presente uno de ellos, Juan de la Cruz Espínola, de 46 años.
Los otros dos implicados que firmaron por el mismo monto de pena fueron Rolando Fabián Cardozo, alias “Kimbi”, de 28 años y Orlando Gabriel Giménez, “Murdoc”, de 41.
La causa tiene cuatro acusados por el mismo delito (homicidio en ocasión de robo). De llegar a juicio oral -en caso de que quede sin efecto el abreviado- podrían afrontar hasta 25 años de cárcel.
Cabecillas con prontuario
Según los investigadores, en el reciente asalto en Candelaria, “Beto” habría contado con la complicidad de Guillermo Tovias Yohel Pereyra, quien a menos de seis meses de haber recuperado la libertad, fue detenido por ese hecho.
Yohel afronta aún dos graves acusaciones en casos resonantes de los últimos años como lo fueron el homicidio de la sargento de Policía Romina Rodríguez, cometido el 2 de junio de 2020 y la balacera frente a la iglesia Sagrada Familia (enero del 2022) en la que perdió la vida Héctor “Keko” Sotelo (36).
Fuentes en contacto con este Diario confirmaron que en ambas causas sigue vinculado, pero en diferentes grados de responsabilidad sobre el hecho principal.
En el homicidio de la suboficial Rodríguez en Garupá, se lo acusa de haber vendido el arma homicida, supuestamente después de comprarla de buena fe, a un carpintero de la zona, días después que mataran a sangre fría a la mujer policía en un intento de robo.
Respecto a la causa de “Keko” Sotelo, fue imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” pero vencidos los plazos de la prisión preventiva sin condena, hicieron que el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, quien investiga el tiroteo frente la Sagrada Familia, lo pusiera en libertad.
Sin embargo, pocos meses después nuevamente está sospechado de cometer un delito y ahora regresó a una dependencia policial en calidad de detenido.
El procedimiento de captura de Yohel fue hace una semana y estuvo a cargo de personal de la Dirección Investigaciones Complejas. Además de su detención, secuestraron un automóvil Ford Fiesta gris y un Volkswagen Gol Power negro, vehículos que podrían guardar relación con el asalto, también 45 gramos de marihuana y 10 gramos de cocaína.
Esos allanamientos a cargo de efectivos de la división Robos y Hurtos dejaron también dos detenciones más. Un hombre de 35 años y un joven de 27, ambos conocidos en el ambiente delictivo y considerados eternos laderos de Pereyra, quien presumen era el que lideraba el atraco, presumiblemente con “Beto”.
Al ser ambos “pesos pesados” del submundo criminal local, se creen que eran quienes fueron los cabecillas de la banda. Pereyra fue detenido en una vivienda del barrio Ñu Porá de Garupá y además de los vehículos mencionados se secuestraron 128 mil pesos que se supone era parte del botín.
La camioneta Toyota blanca fue recuperada horas después del asalto cuando la dejaron abandonada en inmediaciones al cementerio de Garupá.
El asalto a la dueña de una distribuidora de mercaderías fue el pasado 31 de mayo en Candelaria. De acuerdo a los primeros informes, llegaron hasta el comercio (altura del kilómetro 1.360) poco después de la 1 de aquel día, tres hombres armados que redujeron a la propietaria de 55 años, y se escaparon con 15 millones de pesos y la camioneta Toyota Hilux blanca propiedad de la dueña de un emprendimiento local.