En la víspera del año nuevo pasado, una ronda de tragos tuvo como desenlace la muerte de un joven a causa de un disparo en la cabeza. Si bien el presunto autor fue detenido, éste acusó que no fue él el responsable sino un tercero que huyó al Paraguay. El expediente avanzó con la recolección de pruebas pero la defensa apeló la última medida.
PRIMERA EDICIÓN pudo saber que a comienzos de abril pasado, el Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico le dictó la prisión preventiva al hombre de 33 años de nacionalidad paraguaya, que está sindicado ser el autor del crimen de Facundo Franco Ortigoza (21).
La defensora del acusado presentó un escrito por el cual interpuso un recurso de apelación a la prisión preventiva. A su entender, en la indagatoria su defendido había expuesto que no había sido él quien le disparó a Ortigoza y dio el nombre del presunto real autor. La encargada de la defensa señaló también que había testigos que señalaron lo mismo.
Para el juez Leonardo Manuel Balanda Gómez, además de los dichos de testigos en sede judicial, los resultados de la prueba de parafina dieron positivo en ambas manos del imputado. Esto era indicio de la deflagración de pólvora a causa de presuntamente haber jalado el gatillo de un rifle calibre 22, que es parte de la prueba obrante en el expediente. Si bien no es determinante para la etapa inicial de la investigación, a entender del magistrado, había material suficiente a priori para presumir su responsabilidad, por la cual debía permanecer detenido mientras se obraban más pruebas en la causa.
El juez ordenó que la medida sea informada a la fiscalía a cargo de Héctor Simon y a la defensa, la cual esta última solicitó que la Cámara de Apelaciones analice su pedido de rechazar la prisión preventiva.
La investigación señaló que alrededor de las 2 de aquel 31 de diciembre pasado, el encartado estaba en compañía de su cuñado Facundo Ortigoza y un tercero de nacionalidad paraguaya.
Ocurrió una discusión por motivos que aún se deben dilucidar, en la que la víctima recibió dos disparos de arma de fuego, uno de los cuales le impactó en la cabeza. Ortigoza agonizó y murió en el lugar mientras que ambos sospechosos se dieron a la fuga. La policía actuó con rapidez y esa misma madrugada lograron detener al principal sospechoso de la causa, cuando se ocultaba en la zona ribereña de Puerto Rico, cerca de unas canoas. El otro que está identificado, logró completar el escape hacia la orilla vecina del Paraguay.