Muchas veces al sentir un aroma, nos recuerda una persona; al escuchar una música o al ver una foto volvemos al instante, a ese momento pasado.
Las anclas son todas aquellas cosas que nuestro cerebro asoció con determinadas situaciones y no importa cuándo hayan sucedido, tienen el poder de generarnos las mismas emociones que entonces.
Los pensamientos generan emociones y éstas generan acciones y las acciones nos llevan a los resultados; en esto las anclas que nos creemos tienen un poder muy valioso.
Si las anclas son capaces de generar emociones que impulsan acciones que llevan a resultados, eligiendo y creando nuestras anclas, conseguiremos los resultados que estamos buscando.
Los anclajes que tenemos pueden haber surgido de manera espontánea con situaciones vividas y pueden estar asociados a momentos agradables que nos empoderen o a momentos difíciles.
Nosotros tenemos el poder de elegir qué anclajes queremos conservar y cuáles no, y qué anclajes queremos crear conscientemente.
Para modificar un anclaje que hoy nos lastima, lo primero es hacerlo consiente, darnos cuenta que existe, tomarnos el tiempo para sentir ese momento, abrazarlo y luego usando el poder que todos tenemos, crear un nuevo anclaje que sea positivo y nos empodere.
Para crear un anclaje lo primero es determinar qué queremos dejar “anclado”, o grabado en nuestro cerebro, por ejemplo, momentos de familia o una conducta positiva.
Pensar qué emoción queremos sentir y elegir un método de anclaje. Por ejemplo, si lo que queremos generar son momentos de familia, elegir una actividad en familia que realizaremos de manera repetida, o bien si es una conducta que queremos adquirir, elegir algo que haremos para incentivarla.
La clave es asociar la emoción que estamos buscando con el gesto, la acción o el objeto que elegimos como ancla, y repetirlo de manera constante todos los días.
El ancla nos amarra a un momento, una conducta, un estado, somos nosotros los únicos que tenemos el poder de elegir que ancla queremos, somos todos creadores de nuestro presente y nuestro futuro.
Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
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