Celebramos el Día Internacional del Libro, el pasado 23 de abril, reflexiono sobre el poder transformador de la lectura y la escritura en nuestras vidas. Como autor de catorce libros, algunos de los cuales han tenido el honor de ser catalogados como bestsellers, he sido testigo de primera mano de cómo las palabras pueden inspirar, desafiar y cambiar a las personas.
La UNESCO instituyó este día para promover el disfrute de la lectura, el respeto por la invaluable contribución de los autores al progreso social y cultural, y un recordatorio de la importancia de proteger la propiedad intelectual a través del derecho de autor. Hoy en día, aproximadamente 750 millones de adultos siguen siendo analfabetos, según datos de la UNESCO, es por ello que esta celebración cobra aún más significado.
Los libros nos llevan a lugares que nunca hemos visitado, nos presentan ideas que no habíamos considerado y nos abren los ojos a nuevas posibilidades. En mi propia jornada como escritor, he procurado ofrecer esas ventanas a mundos tanto internos como externos, estimulando a los lectores a embarcarse en sus propios viajes de autoconocimiento y transformación personal.
La escritura de mis libros siempre ha sido impulsada por un deseo de compartir conocimientos y experiencias que puedan servir de catalizador para el crecimiento personal y profesional de mis lectores. Desde discusiones sobre inteligencia emocional hasta estrategias para enfrentar el cambio, cada libro es un intento de conversar sobre temas que resonarán a largo plazo con aquellos que buscan mejorar sus vidas.
Por el Día del Libro, animo a todos a reavivar su amor por la lectura. Como dijo Jorge Luis Borges, “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Así que, ya sea revisando un viejo favorito o descubriendo algo completamente nuevo, cada página que volteamos enriquece nuestro entendimiento y profundiza nuestra conexión con el mundo.
Como escritores, nuestra misión va más allá de simplemente contar historias; es esencialmente humanista, buscando iluminar, educar y, en última instancia, conectar. El 23 de abril, celebramos los libros no solo como meros objetos, sino como portales a la comprensión, pilares de la cultura y vehículos de cambio personal y colectivo.
Ismael Cala
Estratega de vida.