El período más recomendable para realizar la siembra de ajo va de marzo a abril, de esta manera se podrá realizar la cosecha a mediados o finales de primavera, por lo que es importante arrancar con tiempo, planificando el lugar, ya sea el espacio y la tierra a utilizar.
El ajo se puede plantarlo en el suelo directo o en alguna maceta o recipiente de al menos 10 cm de profundidad, ya que se trata de un cultivo bastante versátil, y se puede adaptar a distintas condiciones de suelo, pero lo más importante es presentar una calidad de tierra con buen abono, aunque no en exceso y suelto. Un tips en cuanto a los nutrientes: los más importantes son el potasio y el fósforo.
Por cada diente sembrado se obtiene una cabeza por eso es recomendable realizar la siembra de dientes individuales, preferentemente de ajos de siembra, también se pueden utilizar los que se compran en la verdulería, funcionan muy bien. Lo ideal es tenerlos por unos días guardados en un lugar seco y oscuro, para que puedan desarrollar los primeros brotes, lo que será los indicadores de qué forma sembrarlos, o sea, como depositarlos en tierra (brote hacia arriba).
En cuanto a la profundidad, para plantar los dientes basta con enterrarlos unos 2-3 cm y taparlos con tierra sin apisonar, dejando el sustrato suelto, liviano. A una distancia de 10 a 15 cm entre ellos. Una vez enterrados se les da un primer riego suave y a partir de ese momento, suelen tardar unas dos semanas solo en germinar.
El riego y corte de la flor
Como todo cultivo, el agua es un factor esencial, pero dependiendo del tipo de cultivo tendrá que tener cuidado con la cantidad que vierta y cada cuanto realice el riego.
El ajo tiende a pudrirse fácilmente, por lo que el riego debe ser de moderado a escaso en caso de lluvias. Pero si se encuentras en una zona seca, con un riego moderado cada una semana será más que suficiente. Es muy importante que el suelo donde está plantado el ajo no se encharque y no añadir abono en exceso.
También se debe ir removiendo las malezas o yuyos invasivos que vayan creciendo cerca de los ajos, ya que estos podrían entorpecer el crecimiento. También es recomendable que tengan protección para los días fríos de la temporada, con riesgo de heladas, ya que el frío severo puede dañar los brotes. A principios o mediados de primavera van a salir tallos con una flor.
Si se deja que la flor crezca, el ajo va a movilizar todos los nutrientes hacia la misma y “descuidará” el tamaño del bulbo por lo que hay que cortarla. Cuando el tubo floral alcance los 15 cm es hora de arrancarlos.
La cosecha del ajo
Será a las dos o tres semanas de haber anudado el ajo, cuando se empiece a secar el tallo. Para sacar la cabeza de ajo sin dañarla basta con hacer “palanca” en el suelo a una distancia prudencial del cultivo.
Se le quitan las raíces u hojas podridas y se lo deja secar al sol durante dos días para evitar que se pudran más adelante. Cabe aclarar que si llueve, no hay que dejarlos bajo la lluvia, en su lugar ltrasladarlo a un lugar seco y dejarlo reposar sobre cualquier tipo de papel absorbente.