Hoy se cumplen dos semanas del incendio en el Bachillerato Polivalente 3 de Campo Viera que ocasionó un importante daño en el edificio de la institución. Ante esto, por no lograr encontrar un espacio adecuado, las autoridades suspendieron las clases presenciales hasta nuevo aviso. De momento, lograron solucionar la parte eléctrica, aunque señalan una importante pérdida en la infraestructura, que deberá ser demolida en parte. Por lo tanto, esta semana continuarán acomodándose, mientras esperan reparaciones en otro sector.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN la directora del BOP 3, Natalia Vaca, explicó que avanzaron en reacondicionar aulas y espacios disponibles, pero que aún no lograron retomar las clases presenciales: “Aparentemente el jueves cierra un aula y harán una divisoria en otra. Ahí estaríamos con los cursos organizados para el dictado de clases”, relató. En este tipo de obras, señaló que fueron gestionadas desde el Municipio en conjunto con la Unidad Sectorial de Coordinación y Ejecución de Programas y Proyectos Especiales del Ministerio de Educación.
A partir de las gestiones, “la empresa constructora comenzaría a trabajar este jueves” y una vez que avancen las reparaciones estiman que el próximo lunes quizás arrancarían las clases. De todas formas, aclaró que comunicarán a la comunidad educativa cuando puedan volver a las aulas.
En cuanto al trabajo, remarcó que gracias a la importante labor de los docentes se logró tener los espacios listos para el regreso de los estudiantes, cuando las condiciones lo permitan. Sucede que el establecimiento es bastante importante para Campo Viera, donde tienen una matrícula que ronda los 600 estudiantes para los tres turnos.
Previamente, la vicedirectora de la institución, Cristina Urban, contó que debieron tener paciencia en la inspección eléctrica en el BOP 3. Una vez que dieron el visto bueno, recién reconectaron la luz. Mientras tanto, los docentes estuvieron en el colegio cumpliendo horarios y limpiando un poco para tener todo listo, a la espera de las reparaciones en las aulas que quedaron en pie.
Entre lo afectado por el fuego, mencionó que “la biblioteca se perdió el 80% y tenemos que ver qué podemos utilizar, dónde podemos colocar aquello que necesita restauración”. En cuanto a la estructura del colegio, Urban detalló que en el sector viejo afectado por el fuego “la destrucción es del 95% y todo lo que es la parte de atrás está para demolición, esas son las frases que usaron cuando vinieron a ver”.
En esto, remarcó que, en esta escuela, “perdimos 50 años de trabajo”, porque las últimas obras hechas en la institución fueron de una ampliación. Lamentó que se perdió la dirección, secretaría, tres aulas de computación, con pérdidas de computadoras del Plan Conectar y la sala de música. Además, contabilizan un importante daño en el mobiliario escolar.