En la Divina trascendencia de nuestra existencia, cada alma se embarca en un viaje único, un viaje que trasciende el tiempo, el espacio y las dimensiones materiales. Este viaje, en su esencia más pura, es un camino hacia la autosanación, una odisea espiritual diseñada para llevarnos de regreso a la fuente original de amor y luz.
Nuestro paso por este plano terrenal no es casual; cada momento, cada encuentro, cada desafío y cada alegría son fragmentos de un complejo diseño, cuyo propósito es guiarnos hacia nuestra sanación interna. La vida, en su sabiduría infinita, nos presenta un espejo tras otro, reflejando no solo lo que somos, sino también lo que podemos llegar a ser. Cada persona que cruzamos, cada experiencia que vivimos, sirve como un catalizador para enfrentar y trascender nuestras sombras más profundas.
La sanación es un acto de amor, una renuncia a la ilusión del miedo que nos mantiene encadenados a viejos patrones y heridas. Es un despertar al amor que reside en nuestro interior, ese amor que es la esencia de nuestro ser. Sin embargo, este proceso de sanación es a menudo eludido por el ego, que construye laberintos de distracción y desilusión, alejándonos del simple pero profundo reconocimiento de que el amor es la llave de nuestra liberación.
Es crucial, entonces, recordar que no estamos aquí para emprender misiones de salvación exterior, ni para curar las heridas del mundo sin antes atender las nuestras. Cada alma que encontramos es un maestro disfrazado, cada situación un aula donde se nos enseña a amar, perdonar y liberar. Estos “ángeles” en nuestra vida revelan los rincones más ocultos de nuestro ser, desafiándonos a mirar hacia adentro y sanar desde la raíz.
La autosanación es un acto de valentía, una decisión consciente de enfrentar lo que hemos negado y reprimido. A través de este proceso, nos permitimos ser vulnerables, abrir nuestro corazón al amor incondicional y finalmente, encontrar la paz.
La sanación no solo nos transforma a nosotros mismos, sino que también envía ondas de cambio a través del tejido de la conciencia colectiva, sanando a otros en su propio tiempo y espacio.
Que esta reflexión sirva como un faro de luz en tu camino.
Recuerda, el amor es tu guía, tu fuerza y tu destino final. En la aceptación y el amor propio hallarás la llave para liberar tu alma y volar libre hacia los vastos horizontes de tu verdadero ser espiritual.
Feliz y bendecida Vida.
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
Whatsapp: 3765-110223