La mayoría de las empresas metalúrgicas de Misiones sostiene su actividad con la obra pública. Con ésta paralizada, las empresas están en la incertidumbre y comenzando a evaluar duras medidas para soportar la crisis.
“Nosotros tenemos una capacidad de seis meses para sostener nuestras estructuras (pagar sueldos sin ingresos ni ventas), pero a partir de allí, si las cosas no se reactivan se analiza un plan para tomar con respecto a los empleados si se continúa con facturación cero”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la presidenta de la Cámara Misionera de Industriales Metalúrgicos y titular de la empresa Tecnometal, Silvia González.
Quien agregó: “El metalúrgico misionero está preocupado en ver cómo logra reactivar las ventas”.
En una reciente reunión con el gobernador misionero Hugo Passalacqua, la cámara había expresado una de sus mayores preocupaciones en lo que respecta a la paralización de la obra pública, y se le presentó un plan para reactivar a las metalúrgicas misioneras, en especial a las más chicas que directamente no tienen trabajo.
Todo esto porque además hay una preocupación general expresada por la Cámara Nacional de Industriales Metalúrgicos porque se disparan los valores de los insumos y materiales (en Argentina se paga hasta 150% por encima de lo que valen los mismos materiales por ejemplo en Brasil o Chile).
Sin embargo, a decir de González, la situación en la tierra colorada es mucho más crítica porque, “ni siquiera estamos comprando insumos o materiales porque muchas empresas están paralizadas, con actividad baja a cero directamente”, reveló la empresaria y dirigente.
E insistió: “Nuestra mirada no está puesta en a cuánto vamos a comprar insumos y materiales sino a quién le vamos a vender nuestro trabajo, porque los clientes ni siquiera están pidiendo cotizaciones. El que se está produciendo es un parate casi total de nuestro sector”.
“En diciembre del año pasado estábamos lamentando que perdíamos trabajo porque los proveedores estaban fijando sobreprecios, pero ahora que estos costos están bajando, no hay trabajo”, analizó la empresaria.
La mujer contó también la situación particular de su propia metalúrgica, que si bien se encuentra desarrollando tareas para algunos aserraderos de la provincia, “estamos preocupados por el costo de mano de obra que ya desató una puja importante entre empresariado y sindicato porque de continuar así no sabemos si vamos a sostener el grupo de trabajo que tenemos”.
“Son muchas las empresas que están despidiendo personal porque no están teniendo trabajo”.
“Se está pasando mal”
A lo largo de la charla, González también explicó que los metalúrgicos están expectantes a lo que pueda ocurrir después del famoso “Pacto de Mayo”, que el Gobierno nacional espera firmar con las provincias.
“Todos estamos expectantes a lo que vaya a ocurrir el 25 de mayo, porque acá todos los sectores la están pasando mal, salvo quienes fabrican maquinarias para cultivos en campos de té, yerba mate y tabaco”, acotó González.
Y luego amplió que aquellos industriales metalúrgicos que estaban dedicados al mantenimiento de aserraderos también la pasan bastante mal “porque la industria de la madera está envuelta en la misma o peor preocupación porque empiezan a haber despidos en el marco de una actividad que está mucho más paralizada por el freno a la obra pública”.
Difícil momento
Las metalúrgicas, en su mayoría trabajan con proyectos, pero si estos caen, “no podemos anticiparnos a comprar insumos ni siquiera para seguir ofreciendo servicios de mantenimiento, que también vienen en declive. Las que antes nos daban grandes trabajos una vez al mes ahora están restringiendo al máximo sus encargos salvo que surjan inconvenientes graves para el suministro en la ciudad”, relató.
De hecho, esta semana, después de los feriados volverán las reuniones de la comisión directiva para seguir sondeando la situación general e ir evaluando como prosigue el sector.
“A diferencia de las empresas constructoras, los metalúrgicos no podemos despedir al personal cuando no hay empleo, porque cuesta muchísimo capacitarlos para que se adecuen a su área. En nuestro caso tenemos personal antiguo, a quienes estamos tratando de sostener a ver qué pasa y en función de ello si la cosa sigue así, quedarnos con los más necesarios”.
De todas maneras, Silvia González explicó que de a poco empieza a haber despidos en el sector.
“A diario nos llueven currículum de soldadores profesionales que están siendo despedidos en empresas de muchos años, por ejemplo Indar que estaba trabajando para el Estado, pero todos los proyectos que debían continuarse pararon y la gente que trabajaba en esas empresas que estaban dedicadas a la obra pública, fueron despedidas. Las que todavía mantienen su trabajo porque tienen contratos con privados mantienen su actividad al 50%”, puntualizó.
“La verdad es que no sabemos cuánto tiempo se puede sostener todo esto, porque son capitales privados que están manejándose con ahorros hasta que surjan los proyectos. La mayoría está básicamente quebrada, como está pasando en el sector del comercio, que de cierta manera tienen una ventaja por encima nuestro porque quienes están en rubro comida o vestimenta, van a tener algo de actividad, pero ¿ y nosotros? todo se paraliza cuando no hay plata. Hasta el pequeño herrero para, porque la gente no tiene ni para mandar a hacer una pequeña rejita”, contó González a este medio.
Búsqueda de fortalezas
No obstante, más allá del difícil momento, la realidad para las metalúrgicas locales es de fortaleza por su ubicación geográfica, en el límite con Brasil y Paraguay, que hace que proyectar costos de exportación sean más favorables que por ejemplo otras provincias del centro del país, como Córdoba y Santa Fe.
“Estamos proyectando como hacer que nuestra industria metalúrgica tome vuelo, y creemos que ello será posible si el Estado nos quita carga tributaria. Cada vez cuesta más ser competitivo y esa es una agenda que quedó para el 25 de mayo”, deslizó Silvia González.