Al igual que ocurre con otras instituciones como Tupá Rendá que atiende a niños y niñas judicializados; o el Santa Teresita con niñas en un internado y en hogar de día; los hogares obereños que dependían de la fundación Cheshire se encuentran en una difícil situación al no poder juntar los recursos que necesitan para el pago de los gastos mensuales.
Las tres instituciones (Santa Teresa del Niño Jesús, Virgen de Luján y Espíritu Santo) cuentan con más de 50 personas atendidas de manera permanente.
Si bien reciben aportes de los Gobiernos provincial y municipal, la fuerte suba de precios hizo disparar los costos mensuales. Hoy, calculan en alrededor de cuatro millones de pesos los fondos que requieren para poder cubrir el funcionamiento. En esa cifra están los más de 600.000 pesos que se necesitan solo para pagar los servicios básicos.
“Es una situación difícil en estos momentos para los tres hogares, en particular el tema de los sueldos del personal, que es lo que nos provee el Gobierno de la provincia a través de una partida presupuestaria anual, pero que ha quedado totalmente por debajo de las recomposiciones salariales que el gremio UTEDyC (al que pertenecen) ha dispuesto este año”, describió Alicia de Oro, responsable ad honorem de la gestión cotidiana en declaraciones a Radio Integración de Oberá.
“Esto es realmente un problema porque -del pago del personal- depende la atención de los internos, a eso sumamos los insumos, los servicios y hasta la alimentación que necesitan los residentes, junto con medicamentos y que han tenido un incremento importante”, advirtió la voluntaria.
No se puede ajustar más
Consultada acerca de los gastos que tienen de funcionamiento, “en lo que hace al gasto mensual, en alimentos, artículos de limpieza e higiene personal más el seguro que se paga por la camioneta que transporta a los chicos, pañales y demás tenemos más de 4 millones de pesos, sin mencionar los servicios; agua, luz y sepelio que superan los 600 mil pesos y el salario del personal que cubre la provincia en gran parte, sumado a la comida que recibimos también en parte del municipio”.
Dijo que se trata de recortar gastos “pero es imposible, porque estuvimos descartando cosas de limpieza y algunos otros elementos pero es poco lo que se puede eliminar”.
“En el día a día vemos las necesidades que hay, que al igual que en toda casa se deterioran cosas y hay que arreglarlas, en conjunto con todo el personal se empezó a reducir el gasto energético pero es imposible con el calor que hace porque ni con ventilador pueden estar personas que están acostadas o sentadas todo el día y ahí tenemos un importante gasto”, remarcó. Para quienes quieran colaborar con los Hogares, pueden acercarse al Santa Teresa (Calle Sagrado Corazón de Jesús 4213 de Villa Svea, en Oberá).
Residentes en extrema pobreza
En total, existen unos 52 residentes: 18 personas en el Hogar Espíritu Santo; 24 en el Santa Teresa del Niño Jesús y 13 aproximadamente en el Hogar de Ancianos Virgen de Luján.
“Todos los residentes son gente de extrema pobreza que no tienen familiares o, si tienen, están peor que ellos y la verdad que no tienen dónde ir”, expresó Alicia de Oro acongojada.
Mencionó en la entrevista por Radio Integración que “es bastante difícil acompañar todo el trabajo que esto implica porque somos colaboradores y sentimos impotencia cuando no podemos avanzar o cubrir los gastos siquiera, sobre todo se siente la incertidumbre de decir bueno llegamos a fin de mes o no, cómo hacemos el próximo mes, realmente nos pone muy mal”, puntualizó.