Tras el rechazo al “mega DNU” en el Senado, el conteo de votos empezó ahora en la Cámara de Diputados y los primeros números encienden una alarma en el gobierno de Javier Milei, que en el intento por evitar una derrota que puede ser letal apura un acuerdo para avanzar con la renovada Ley de Bases o “Ley Ómnibus” y blindar algunas de las reformas contenidas en el decreto.
Según un relevamiento hecho por iProfesional, ni el rechazo ni el aval al decreto 70/2023 en la Cámara baja llegan por ahora a la mayoría de 129, pero el oficialismo arranca unos 20 votos abajo y hay una treintena de indefinidos, que pueden inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro. Si Diputados rechazara el DNU, entonces sí quedaría sin efecto.
En ese contexto, el Gobierno no quiere correr riesgos y por eso, mientras intenta alcanzar un acuerdo con los gobernadores activó de urgencia las reuniones con el bloque de diputados del PRO que encabeza Cristian Ritondo y el de la UCR que preside Rodrigo de Loredo, con la mira puesta en la nueva Ley Ómnibus, cuyo borrador ya le fue alcanzado a todos los actores involucrados.
En el Congreso reconocen, según fuentes consultadas por iProfesional, que la mejor alternativa para el oficialismo hoy es que “el DNU no llegue al recinto”.
Para ello, necesita ordenar lo más rápido posible el tratamiento de la Ley Ómnibus y de reformas que están contempladas allí pero también en proyectos de los bloques de la oposición dialoguista, como es el caso de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria.
Hacia allí apuntan las reuniones que encabezó este viernes en la Casa Rosada el ministro del Interior, Guillermo Francos.
El objetivo es que, luego de dos frustraciones y mucho desorden político, Milei no sufra una derrota sin precedentes con el DNU y pueda tener de una vez por todas alguna ley aprobada.
Para esa misión, ahora cuenta con el apoyo del sector político menos pensado por haber sido el más insultado por el Presidente: la UCR.
Poroteo
Obviamente lo que activó las reuniones de Francos con referentes del PRO y la UCR en Cámara de Diputados fue la sonora derrota que sufrió el Gobierno con el tratamiento del DNU en el Senado, la cual incluso los aliados reconocen que “se podría haber evitado”, según contaron a iProfesional. Pero el otro factor clave es el “poroteo” inicial de la Cámara de Diputados.
En base al resultado del Senado y al contexto político general, que incluye la oposición “dura” del kirchnerismo y la relación tirante de Milei con distintos gobernadores, un primer relevamiento arroja que los votos en contra del DNU en Diputados rondan hoy los 119, mientras que a favor habría 101 y unos 37 indefinidos.
Se prevé que próximamente el bloque de Unión por la Patria pida una sesión especial para tratar del “mega DNU”, tal y como hizo en el Senado. A sus 99 diputados, el kirchnerismo suma los 5 del Frente de Izquierda y probablemente los votos de Santa Cruz, Río Negro y Neuquén, a quienes se agregan 11 diputados de la UCR.
Del otro lado, el oficialismo cuenta con 40 votos propios (que incluyen a Álvaro Martínez, de la Unión Mendocina que hoy es un aliado fiel al Gobierno), más los 37 del PRO, a quienes se sumarían los 3 tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo y posiblemente los sanjuaninos y el bloque de Carolina Píparo, de relación fluctuante con el oficialismo. A ellos se les sumarían 17 diputados de la UCR.
Así, los números iniciales para el oficialismo son negativos, pero el escenario todavía está abierto y esto se debe a dos elementos clave.
El primero es la gran cantidad de indefinidos, donde se encuentra casi todo el bloque Hacemos Coalición Federal que preside Miguel Pichetto (23) y la bancada Innovación Federal donde tallan los gobernadores de Salta y Misiones.
Pero el segundo elemento, tal vez el más importante para el oficialismo, es la clara división de la UCR que por ahora favorece al Gobierno. Y es que de los 34 diputados, 27 apoyarían el DNU, 11 estarían definitivamente en contra y 6 se mantienen indefinidos, según la cuenta que empezaron a hacer dentro de la bancada que preside De Loredo.
El aliado menos pensado
Esa división quedó expuesta durante la votación del DNU en el Senado, donde el presidente del partido, Martín Lousteau, votó en contra mientras la amplia mayoría del bloque lo hizo a favor.
Esto llevó a que cuatro de los cinco gobernadores de la UCR y los jefes de las bancadas de diputados y senadores salieran horas después a diferenciarse con una muestra de respaldo al Gobierno.
Con el argumento de “contribuir” a darle al Gobierno “las herramientas justas y necesarias para avanzar” con su gestión, Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco) y Carlos Sadir (Jujuy) se desmarcaron de la postura que muestra el presidente del partido, con el acompañamiento para nada menor de De Loredo y Eduardo Vischi, jefes de bloque de diputados y senadores.
La razón es mucho más política que financiera. Fuentes de la UCR indicaron a iProfesional que los gobernadores interpretan que en el balotaje de noviembre el votante de Juntos por el Cambio “eligió a Milei” y que esa es también la base electoral del radicalismo.
“El radicalismo tiene 12 mil votantes puros. Lousteau le habla a ellos como si hablara por todo el partido y no entiende que nuestra fuerza está en el voto del ex Juntos por el Cambio, por eso los gobernadores querían mantener ese frente”, señalaron a iProfesional cerca de uno de los jefes provinciales para explicar la cercanía con la Rosada.
De esta manera, la UCR empezó a convertirse en el aliado menos pensado por Milei, que tanto durante la campaña electoral como después atacó verbalmente al radicalismo e incluso ofendió la memoria de sus figuras históricas, de Hipólito Yrigoyen a Raúl Alfonsín, a quien llamó “el fracasado hiper inflacionario”.
Pero los radicales tampoco son ingenuos: entienden que ahora, con la situación que planteó el rechazo al DNU en el Senado, el Gobierno los necesita.
Negociación
El Gobierno parece haber leído correctamente el panorama y por eso Francos, el brazo político de Milei, apuró las reuniones con los bloques para acercar posiciones tanto con la UCR como con el PRO mientras conversa, en paralelo, con los gobernadores que pueden influir en los diputados de espacios provinciales.
El objetivo es avanzar con la Ley Ómnibus y otras reformas, de ser posible, antes de que el DNU tenga que tratarse en el recinto de la Cámara de Diputados. Que un debate demore el otro es el ideal que mueve hoy al oficialismo.
Fuentes al tanto de las negociaciones indicaron a iProfesional que el Gobierno les adelantó a los legisladores que enviará al Congreso la nueva Ley de Bases acotada y un proyecto con cuestiones impositivas que incluye blanqueo, moratoria y restitución del Impuesto a las Ganancias.
Todo pasa por negociar y buscar acuerdos, y eso lo saben tanto el PRO y la UCR como La Libertad Avanza o al menos su principal operador político, que tiene la misión de garantizarle a Milei un primer éxito legislativo. En el intento de encontrar un acuerdo, los diputados le hicieron sugerencias en torno a Ganancias, la nueva fórmula previsional y la reforma laboral.
Ganancias, reforma laboral y movilidad jubilatoria
La bancada del PRO hizo sugerencias respecto de la restitución del Impuesto a las Ganancias, que afectaría a una parte importante de los ya castigados trabajadores formales de clase media.
A grandes rasgos, pidieron que se mantengan algunas de las exenciones (por ejemplo para las guardias médicas) y que se centre en precisar a quiénes alcanzaría en el rubro petrolero. Según indicaron a iProfesional fuentes gubernamentales, en la Casa Rosada entienden que los gobernadores patagónicos son los más duros en la negociación (sus senadores votaron mayoritariamente en contra del DNU como señal) y que resisten particularmente el tema Ganancias. La sugerencia del PRO va en ese sentido.
Además, solicitaron que el cambio en la fórmula de movilidad jubilatoria se trate en la Comisión de Previsión Social que ya empezó a tratar varios proyectos a la vista, entre ellos uno del PRO, lo que implica sacarla de la Ley de Bases.
Los diputados de la UCR le hicieron el mismo pedido a Francos, según supo iProfesional, por lo que allí hay una coincidencia general sobre la que el Gobierno deberá tomar nota.
Por otra parte, los diputados de la UCR también plantearon que el capítulo del DNU sobre reforma laboral que hoy está trabado por la Justicia se incluya en la Ley de Bases y le sugirieron que el decreto se trate “espejado en leyes” que reflejen cada capítulo, para que no tenga que votarse a todo o nada.
Este es un reclamo que ya se hizo varias veces pero que el Gobierno nunca recogió, pero ahora el panorama que enfrenta es peor que antes. El conteo de votos sobre el mega DNU no arrancó bien y Javier Milei se arriesga a otra derrota para su medida insignia, que podría ser definitiva y tener consecuencias muy negativas para su gestión.
Por ahora, Francos es el dirigente a cargo de las primeras charlas con los mandatarios. Y volverá a ser la cara de Milei si las negociaciones se empantanan siempre y cuando sea necesario, además de estar a cargo de la narrativa de un oficialismo que requiere mostrar resultados.
Ganar tiempo
Tras el rechazo por parte del Senado al Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 del presidente Javier Milei, la principal orden que recibieron los diputados del espacio violeta fue clara y concisa: se avanzará en el tratamiento de una de las primeras medidas de peso del oficialismo siempre y cuando haya seguridad “total” en torno a los votos favorables para la aprobación, informó PERFIL.
Como actualmente no existe seguridad alguna, el debate para el oficialismo puede demorar todo lo que sea necesario.
Así lo remarcan fuentes de LLA que añaden que se empezarán a tener charlas con el PRO, el bloque de Miguel Ángel Pichetto y los integrantes de la UCR.
La idea es abrir un primer sondeo en torno al decreto aunque también admiten que todo dependerá de la muñeca que exhiba el Ejecutivo con los gobernadores, con quienes debe todavía pulir y mucho los borradores de la nueva ley bases y el paquete fiscal.
A su vez, en el oficialismo señalan que hay otro motivo para no apurar el debate del DNU en Diputados: que la Justicia, pese a algunas decisiones adversas en torno a ciertos artículos, no falló de forma suspensiva, salvo el capítulo laboral.