Así como Sergio Massa, cuando fungía como superministro de Economía a cargo de reducir la inflación, Luis Caputo y Javier Milei se impusieron abril como límite para tener un Índice de Precios al Consumidor de un dígito. En ambos momentos (Massa en 2022 y el actual oficialismo hoy) entendieron que la sociedad estaba al límite.
A mediados de diciembre de 2022 el exfuncionario de Alberto Fernández llevaba cuatro meses en el puesto y aseguraba entonces que la intención de la cartera a su cargo era llegar a abril de 2023 con una inflación del 3%.
La venta de expectativa ilusionó a los argentinos que a esas alturas venían pagando el costo de un gobierno a todas luces errático e inmerso en una interna feroz. En abril de ese año la inflación fue de 8,4%.
En abril de este año el oficialismo cumplirá cuatro meses en el poder y luego de cuatro inflaciones muy altas (la medición de marzo será compleja por la suba de tarifas y los precios estacionales) intentará transparentar el ansiado único dígito. Entiende el Gobierno que necesita con urgencia calmar la creciente presión social con verdaderas buenas noticias para la economía real y no tanto para la macro. En el frente político exhibe hoy una feroz interna entre el presidente y su vice. El horizonte hasta abril es desafiante.