Un joven de 24 años que fue detenido el 2 de febrero de 2020 por abusar sexualmente de una prima que padece discapacidad mental, acordó ayer una condena de ocho años de prisión en juicio abreviado, alternativa ofrecida ayer por el fiscal del Tribunal Penal 1 de la Primera Circunscripción Judicial, Martín Alejandro Rau.
El delito contra la integridad sexual fue cometido en Concepción de la Sierra el 1 de febrero de 2020 y denunciado por los progenitores de la víctima. Desde el primer instante de iniciada la pesquisa, se sumaron evidencias y testimonios que acorralaron al sospechoso.
Transcurrieron cinco meses y el juez de Instrucción 5 de Apóstoles, Miguel Ángel Faría, con la opinión en el mismo sentido de la fiscal Silvia María Barronis, le impuso la prisión preventiva al imputado acusándolo del delito previsto en el primer y tercer párrafo del artículo 119 del Código Penal Argentino. Poco tiempo después el expediente fue elevado a debate el Tribunal de Posadas.
Ayer, el debate estaba agendado como el primero del año en la sala de calle La Rioja (entre Rivadavia y 3 de Febrero), pero el acuerdo de suspensión por juicio abreviado fue firmado finalmente tras la aceptación del acusado y su defensa en audiencia de visu respectiva.
La acusación puntualmente indicaba “abuso sexual con acceso carnal, un hecho, y abuso sexual sin acceso carnal, dos hechos”. De los tres hechos quedó probado el primero por los elementos y testimonios sumados al expediente.
De acuerdo a los registros del caso, la situación de vulnerabilidad de la víctima no solo se evidenciaba en la discapacidad en su salud mental, también en el contexto estructural, económico y social, en el que vivía junto a sus padres.
Esta consideración, junto a la gravedad del delito que se le imputó al acusado, apuntalaron que la prisión preventiva se ampliara y sostuviera hasta el momento en la unidad penal VIII del Servicio Penitenciario Provincial en Cerro Azul.
El abuso fue descubierto en flagrancia por los padres de la víctima que oyeron ruidos extraños en la habitación de la joven en el fondo de la propiedad que compartían. Notaron la luz apagada y se alarmaron porque ella dormía siempre con un velador encendido porque temía a la oscuridad. Cuando abrieron la puerta hallaron al abusador sobre la joven.
Lograron rescatarla pero el sospechoso huyó. Horas después una patrulla de la Unidad Regional VII lo capturó.
El relato de la víctima en Cámara Gesell apuntó al mismo autor que señalaron los progenitores. Pero con el agravante, entre los ya acumulados, que la víctima ratificó que no era la primera vez que la atacaba.
Al menos tres ocasiones relató y todas amenazadas con un palo y un cuchillo para guardar silencio.