Estamos comenzando un año nuevo, un libro con hojas en blanco para que escribamos en él, todo lo que queramos vivir.
Y en estas épocas es muy común arrancar llenos de objetivos a lograr en el año que comienza, y si bien esto está muy bien porque es poner una dirección hacia donde queremos ir; el mejor objetivo es ponernos a nosotros como nuestro proyecto.
Ser nuestro proyecto es darnos cuenta que dentro de nosotros tenemos todo lo necesario para sacar esas mantas, que por mucho tiempo ocultaron nuestro brillo y animarnos a SER todo lo que somos.
Ser nuestro proyecto es dejar de esperar que las personas cambien, o que el mundo se acomode a nosotros, y es darnos cuenta que el foco es adentro y no afuera, si queremos ver grandes cambios.
Aprender a hacer foco adentro, dejar de mirar los defectos ajenos o lo que los otros deberían cambiar, es muy sanador, las relaciones interpersonales mejoran notablemente y nos permite enfocarnos en lo que nosotros queremos cambiar.
Ser nuestro proyecto es darnos prioridad, es entender que somos protagonistas de nuestra vida, y todo lo que esperamos ser y vivir está en nuestro corazón, porque tenemos las posibilidades de alcanzarlo, pero hay que ponerse en marcha.
Ser nuestro proyecto muchas veces no es tarea fácil, porque implica mirar hacia adentro, buscar qué creencias nos limitan, mirar viejos dolores, perdonar y perdonarnos, pero todo es necesario para que podamos brillar con una luz única y auténtica.
Ser nuestro proyecto es también ponernos en acción, porque nada bueno se consigue sin accionar, hacer lo que esté a nuestro alcance, con alegría, disciplina y amor hacia nosotros mismos.
Este nuevo año que comienza es una oportunidad hermosa para que tengamos una charla con nosotros, preguntarnos ¿Qué luz aún no he desplegado? ¿Qué dones no estoy usando? ¿Por qué razón los tengo tapados? Y escuchar qué respuestas surgen de nuestro interior.
Luego desde el amor a nosotros mismos, diagramar pasos a seguir, sin pensar en resultados, sino enfocándonos es ser fieles a nuestro proyecto de SER todo lo que podamos ser.
Habrá pasos adelante y pasos hacia atrás, pero si estamos enfocados en ser nuestro proyecto, en desplegar nuestra luz única e irrepetible, seguro, avanzaremos y todo irá mejorando.
Hay una gran verdad que cuando hacemos esto se comprueba: “Si yo cambio, todo cambia”.
Por Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
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