La mente de 3D al amor no puede definir
ya que la razón en niveles superiores deja de existir,
tampoco quieras con la lógica querer interpretar
lo que es el verbo Amar
porque como tal es un fluido movimiento
más allá de que quieras clasificarlo como sentimiento.
Obvia la mente y la palabra Amor sólo repite
hasta que en tu corazón su poder precipite,
refuerza los ejercicios de respiración
con los de sonido, para aumentar tu vibración.
Ten en cuenta que la Madre Tierra esperando está
a que despierte toda la humanidad,
la unión de la consciencia ya está sucediendo,
comienza a disfrutar de tu crecimiento.
En una oportunidad, estando en la cima de Montsegur, todo el grupo se intranquilizó porque Xavier Pedro G. no podía empezar su alocución ya que otro grupo ocupaba el lugar, entonces sentí la necesidad de cantar logrando inducirlos a un estado meditativo, por esto cuando bajaron vivos de mi sitio Escuela de pensamiento de Instagram debido a la música de fondo que ocupaba, la reemplacé por un canto mantralizado logrando cambiar el estado de conciencia de los participantes en la meditación.
Cuando escuché a la canalizadora Ruth Rousseau Clothier ocupar el sonido y la respiración para lograr traer el sagrado corazón al mundo, recordé y entendí cómo los ángeles me indujeron a estas experiencias recién narradas.
Los maestros canalizados por Ruth decían que la Tierra está elevando su frecuencia y nos está esperando, la unión de la consciencia ya está sucediendo, el colectivo humano se está moviendo a una frecuencia más alta de esta realidad y que deberíamos ser capaces de disfrutar de este crecimiento.
Para ello deberíamos ver a través de una realidad equilibrada, no a través del caos y que si tan solo repitiéramos la palabra amor seis veces/h, veríamos la diferencia, deberíamos repetirla tanto como sea posible.
Hay que ejercitar el corazón con ejercicios de respiración y sonido y al proyectar el amor a otros, éstos lo captarían y si muchos fuéramos los que lo hiciéramos, la energía de caos se iría. Esto fue lo que enseñaron todos los maestros.
Por Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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