La rescatista de animales Elisabeth Sosa (71) tenía una “fisura de costilla”, lesión que de acuerdo a los forenses pudo ocasionarse tras caer al piso, teniendo en cuenta el informe preliminar de la autopsia y que no arrojó que tuviera signos de violencia, señalaron las fuentes.
Tal como publicó este Diario ayer, el cadáver estaba en avanzado estado de descomposición y con rastros de mordeduras en casi todas sus partes.
Los primeros datos que se pudieron confirmar apuntan a que al menos cuatro días sin señales de vida llevaba Sosa para sus familiares y vecinos.
El domingo por la tarde, previo a la Nochebuena, se alertó al 911 y a la comisaría Décima de la UR X, sobre el olor cadavérico que se percibía en la zona y a la alteración marcada de alrededor de 40 perros que la mujer cuidaba.
Tras el allanamiento al domicilio, en la calle Krause del barrio Miguel Lanús y que fue encabezado por el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, encontraron a la jubilada sin signos vitales y con el cuerpo destrozado por las mordeduras y la descomposición que generaron larvas y moscas alrededor.
Los peritos descartaron sospechas de un posible crimen y se cree que la mujer murió por causas naturales. Esto fue respaldado por indicios como ser que la casa estaba cerrada por dentro y que fue hallada su cartera con billetera que contenía sus documentos y dinero.
Según las hipótesis de los investigadores, la mujer pudo caer al piso y allí se fisuró la costilla. Tampoco hallaron desorden en el inmueble que encuadre lo sucedido en un delito contra la propiedad con resultado fatídico.