En 2008 y por Resolución Nº 3.544, el Consejo General de Educación de Misiones determinó la incorporación del tema sobre el Genocidio del Pueblo Ucraniano denominado Holodomor en el espacio curricular de Ética y Formación Ciudadana Capítulo sobre Derechos Humanos, para conocimiento y concientización de los alumnos del nivel medio y superior.
De esta manera, se convirtió en el primer Estado provincial en el mundo en enseñar sobre el genocidio sufrido por el pueblo ucraniano durante el siglo XX.
Se fijó al mes de noviembre de cada año como fecha para desarrollar clases alusivas, empleando recursos didácticos como monografías, carteleras, a fin de dar a conocer lo sucedido en los años 1933-1935.
El material didáctico con el que se elaboraron los contenidos pedagógicos fue entregado al entonces ministro de Educación, Hugo Passalacqua, por el entonces auxiliar de la Eparquía Ucraniana en Argentina, monseñor Sviatoslav Shervchuk.
El pasado sábado 25 de noviembre se recordó el 90º aniversario del inicio del Holodomor en Ucrania, y en muchos colegios de la provincia el tema fue eje de debate entre docentes y alumnos, que se esmeraron para crear conciencia a través de diversos trabajos expuestos entre sus pares (en las fotos, alumnos del tercer año de la EPET 34, del barrio Itaembé Guazú, de Posadas).
Es que el Holodomor (o provocar la muerte por el hambre) constituyó un acto de genocidio que lastima el tejido íntimo de la humanidad por lo que esos sucesos deben ser conocidos a fin de no olvidar que toda vida humana es sagrada.
Al conmemorarse otro aniversario, el Eparca Ucraniano en la Argentina, monseñor Daniel Koselinski, recordó que este aberrante hecho ocurrió en los años 1933-1935 en Ucrania, con la implantación del comunismo ruso soviético y en la patria de los ancestros de quienes se asentaron aquí hace más de 120 años, haciendo que esta provincia creciera merced a sus esfuerzos y junto a comunidades de otros orígenes.
Explicó que “para poder tener el dominio sobre todo y todos, el dictador Iósif Stalin, realizaba la colectivización de las tierras en Ucrania. Era el adiós a la propiedad privada. Todo debía ser patrimonio del Estado, que hacía uso de las tierras como mejor le convenía. Ucrania era un país esencialmente agrícola, de pequeñas propiedades. Como la resistencia del pueblo ucraniano era grande ante tal ideología comunista, el dictador tomó una decisión: confiscar todos los bienes de los agricultores, todos los alimentos, animales, instrumentos de trabajo… La gente no tenía más de que alimentarse y el frío del invierno contribuyó aún más en este sufrimiento”. A raíz de ello, millares murieron entre los años de 1933-1935 y años posteriores, por consecuencia del Holodomor.
Sostuvo que “no podemos olvidar. En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia de 2004, el Vaticano incluye a los ucranianos, armenios y judíos como víctimas de genocidios en el siglo XX y dice que “las tentativas de eliminar grupos enteros nacionales, étnicos, religiosos o lingüísticos son delitos contra Dios y contra la misma humanidad, y los autores de estos crímenes deben responder ante la Justicia”.