Tras varios meses de preparación y entrenamiento, llegó la prueba de Apóstoles en la cual Santino Rivas logró interesar, por sus buenas condiciones, al busca talentos de Independiente de Avellaneda, Andrés Aguirre, quien aconsejó que lo ficharan para las divisiones infantiles del club porteño.
En febrero del año próximo tiene que viajar a Buenos Aires para ir, con su categoría, a jugar un torneo defendiendo los colores del Rojo y que será una prueba más en el seguimiento que le hará la entidad porteña.
Hace bastante tiempo que el pequeño entrena en la Academia de Arqueros que tiene el ex guardametas Jorge “Choco” Rodríguez, con quien aprende para mejorar día a día, en el complejo La Rambla.
El pequeño arquero, que mide 1,50 metros, tiene unas condiciones bárbaras que invitan a soñar con un gran futuro. Al igual que cualquier otro chico que le gusta el fútbol su idea es jugar en primera y la Selección Argentina.
Si bien hay mucho camino por recorrer en la difícil carrera de un futbolista, más si pretende ser profesional, sus buenas condiciones, el apoyo de sus profes y la permanente compañía de su mamá Kari, él está muy feliz con esta oportunidad.
“Soy hincha de Boca. Mi ídolo es el ‘Dibu’ Martínez. Quiero llegar a ser un gran arquero como él. Jugar en la selección”, comenta Santy, el pequeño, en el que Independiente posó sus ojos, lo fichó y si todo sale bien, cuando cumpla 12 años podrá integrarse plenamente a Independiente y vivir en la pensión del club.
Si bien el puesto de arquero es uno de los más ingratos en el juego de la pelota, todo cambió para los chicos y chicas que vieron a la Selección Argentina consagrarse campeona del mundo en Qatar 2022.
Al fanatismo que provocaba Lionel Messi, hasta ese entonces, ahora se suma la admiración por el mejor arquero del mundo, “Dibu” Martínez, que inspira a grandes y chicos a soñar con seguir sus pasos, y “Santy” no es la excepción.
El arquerito que jugó en Brown y pasó por la Academia Nápoles, se levanta muy temprano. Es que la exigencia para seguir jugando de parte de su madre, es andar bien en la escuela. Buen compañero y aplicado alumno, el flamante arquerito del Rojo cursa el cuarto grado de la Stella Maris.
“Él lo hace todo con una voluntad increíble y con mucha constancia y disciplina”, comenta orgullosa su mamá, quien lo acompaña siempre y lo contiene para que esté bien y pueda cumplir con sus sueños.