Un hombre de 37 años llegó a juicio luego que fuera denunciado por abusar sexualmente de su hija de ocho años. La madre de la víctima la había llevado al hospital al notar una lesión en la menor y allí supo que había sido ultrajada.
Según fuentes consultadas por este Diario, el debate se desarrolló el jueves de la semana pasada en el Tribunal Penal de Oberá y resultó con condena para el imputado. Llegó acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”.
En la audiencia que comenzó a las 8.30 pero estuvo vedado el acceso al público porque se iba a ventilar un caso contra la integridad sexual, fue leído el expediente de elevación a juicio y luego fue el turno de los testigos.
La primera en declarar fue la progenitora de la menor, quien dio los detalles acerca de la relación de pareja que había tenido con el hombre, del cual estaba separada. Prosiguió su relato respecto al día que descubrió la lesión en su hija.
Además fueron citadas a prestar testimonio las hermanas del imputado. Al ser familiares directos estas últimas hicieron uso del derecho de no declarar contra su pariente.
El caso ocurrió en octubre del 2020 en El Soberbio. No se menciona el barrio ni el nombre del padre para preservar la identidad de la víctima.
La niña vivía con el papá y dos de sus hermanos también menores de edad. Como la pareja estaba separada habían convenido que los hijos quedaran al cuidado del hombre.
Cierto día del mes citado, los niños estaban de visita en la casa de su madre. Jugaban los tres cuando la mamá notó que la niña en cuestión tenía un hilo de sangre que le caía por la pierna. Pensó que se había lastimado y la llevó al hospital local para que la revisaran.
Los médicos constataron signos compatibles con abuso sexual, activándose el protocolo médico y judicial. La menor fue derivada al hospital de San Vicente, donde quedó internada por al menos dos semanas acompañada por su madre. Las pericias confirmaron que los abusos sexuales eran de larga data.
El hombre fue detenido inmediatamente como principal sospechoso de los ultrajes cometidos contra la niña.
Ya en el juicio, el acusado negó ser quien había cometido los hechos. Al momento del alegato el defensor oficial Matías Olivera, solicitó la absolución por el beneficio de la duda.
En tanto que para la fiscal Estela Salguero, estaba probada la autoría en base al material probatorio recabado durante la etapa de instrucción y en el debate. Precisamente, uno de los elementos clave fue la pericia de Cámara Gesell practicada a la menor. Ella contó que era su papá el que le hizo “eso” que la había lastimado.
Tras pasar a deliberar, el Tribunal conformado por los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Horacio Paniagua resolvió condenar por unanimidad al imputado a la pena de 17 años de prisión.