Desde 2018, cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Reanimación Cardiopulmonar (RCP), con el fin de crear conciencia de que las compresiones cardíacas salvan vidas.
El Comité de Enlace Internacional sobre Reanimación (ILCOR) impulsó esta fecha bajo el lema “todos los ciudadanos del mundo pueden salvar una vida” y con ella generan diversos tópicos para que más personas puedan ser capaces de dar RCP a alguien que presente una parada cardiorrespiratoria, teniendo en cuenta que la muerte súbita es la principal muerte en el mundo tanto en hombres como en mujeres.
Especialistas calculan que aproximadamente cada 15 minutos hay un caso de “muerte súbita” y en menos del 20% de ellos los pacientes llegan con vida al hospital. En cambio, si se logra hacer el RCP y se activa un desfibrilador antes de los 3 minutos, la posibilidad de llegar con vida al centro sanitario se eleva al 80 por ciento.
Por fortuna, en los últimos años hubo un notable aumento en las personas que comenzaron a interesarse o a tener conciencia sobre la importancia de las compresiones cardíacas y que se han capacitado para practicarlas, gracias a numerosas iniciativas en ese sentido tanto del sector público como el privado.
Casualmente, hoy se conmemora también el Día Mundial de la Alimentación Saludable, una efeméride que nos recuerda que una buena nutrición garantiza el funcionamiento adecuado del organismo y fortalece las defensas contra posibles enfermedades.
Y ayer -15 de octubre- fue el Día Mundial del Lavado de Manos, otro hábito esencial para evitar muertes que en pleno siglo XXI pueden parecer absurdas, como por diarrea, pero que aún constituye una de las tres principales causas de mortalidad infantil.
En síntesis, dos días para tener en cuenta que la combinación de buenas costumbres y cambios culturales positivos ayudan a salvar muchas vidas.