Un joven misionero identificado como Ariel Kevin Aguirre (24) fue hallado sin vida a un costado de la ruta nacional 118 entre las localidades El Caimán y San Miguel, a unos 125 kilómetros de Ituzaingó.
Por lo pronto, todo indicaría que lo habría atropellado un vehículo que no se detuvo a ayudarlo cuando caminaba durante la noche o madrugada de ayer por la zona.
En la escena, ubicaron restos de plásticos que analizó la policía correntina para identificar el automóvil y hallar a su conductor. Durante las últimas horas, mediante el número de chasis, se identificó el vehículo que chocó a Aguirre y sería una trafic Ford Transit, hoy intensamente buscada.
El hallazgo del cuerpo fue alrededor de las 7 de ayer. Fuentes en contacto con PRIMERA EDICIÓN indicaron que a unos metros del cuerpo de Aguirre hallaron elementos personales y restos de plásticos de un vehículo. La causa se investiga como “homicidio culposo en accidente de tránsito”.
Fuentes de la policía correntina confirmaron que el cadáver presentaba “muchas fracturas expuestas y politraumatismos. Aparentemente fue colisionado por un vehículo”, precisó el jefe del Cuerpo de Bomberos de San Miguel, Héctor Tosolini y a su vez confirmó que se trataba del joven misionero, un albañil que se ganaba la vida de changas y aparentemente había conseguido un trabajo en Ituzaingó por lo que salió hace varios días de Candelaria.
El uniformado detalló además que se cree que el joven iba caminando porque “no había nada en el lugar, ni una moto ni bicicleta, lo único que encontramos fueron restos de plástico del paragolpes de un vehículo. Tenía una mochilita con su documentación”, agregó.
En diálogo con este Diario, familiares y amigos del misionero manifestaron que “vivía de changas, cuando conseguía algo en Corrientes se iba a trabajar como albañil, si no tenía para el pasaje se iba a dedo o caminando”, contó Daiana, amiga del muchacho.
Por su parte, una hermana del joven, Celeste Castillo, dijo que vive en Buenos Aires hace unos años y que la idea de él era ir para esa provincia porque no encontraba trabajo estable en esta zona.
“La última vez que hablé con él le comenté que me faltaba poco para poder terminar una pieza para que venga conmigo, pero no lo pude hacer. No lo puedo creer, desde que me avisaron todavía no caigo”, dijo.
“Era súper protector de sus hermanas, somos cinco mujeres y él el único varón. No somos todos del mismo padre, pero sí siempre nos hablábamos, últimamente con él había que manejarse por Facebook porque no tenía celular”, agregó.
“Cuando le conté lo de la pieza él me había preguntado por audio, pero después de esa vez que creo fue el 4 o 5 de agosto, no se volvió a conectar”.
“No puedo creer que alguien atropelle y mate a una persona y ni siquiera se detenga a ver, a ayudar, que la deje tirada. No me entra en la cabeza, ojalá lo encuentren, pero es muy difícil que alguien se entregue sabiendo que irá preso por matar a una persona”, agregó Celeste.