María Concepción Balboa Buika, conocida como Concha Buika o Buika nació en Palma de Mallorca, el 11 de mayo de 1972. Es una cantante ecuatoguineana-española que vivió en las islas Baleares con su familia, sus padres eran exiliados políticos de Guinea Ecuatorial. La comunidad gitana del barrio de Son Gotleu en Palma de Mallorca donde se crió fue para ella un segundo hogar, y encontró en el flamenco un modo de expresión auténtico y la salida ideal para escapar de una dura realidad de pobreza y marginalidad.
Hace ya un tiempo se multiplican en las redes sociales las entrevistas que le hicieron y causan furor por la filosofía de vida que tiene, por los consejos tan coherentes que entusiasman a enfrentar la vida desde otra perspectiva. Ella cuando canta dice: “Debes recordar que quien te escucha es alguien que tiene muchos problemas, que está viviendo una vida que no es fácil. Por lo menos, por los cuatro minutos que te va a prestar atención, que sabes lo difícil que es eso, por lo menos esos minutos que te va escuchar hazle sentir bien.
¿Qué te cuesta, chico? No le generes rabia, odio, que se sienta bien y que se olvide de que su jefe, sea quien que sea, o de que su coche es una mierda o de que su niño no sé qué o de que su marido no sé cuántos. Por ese ratito dile ‘olé, guapo, que eres el más guapo del mundo, mi jefe’. Yo canto para mis jefes y les tengo que hacer sentir bien. Eso es lo que siento”.
Cuando le preguntaron si por el tema racial ¿tuvo algún obstáculo? Y ella tan tranquila dijo: “yo no sé, a mí me da igual. Es que no me paro a pensar, yo he venido aquí a triunfar, yo tengo el orgullo en la NASA, y a mí ningún satélite va a venir aquí a bajarme de mi blues. Porque una cosa es lo que dicen de ti y otra cosa es lo que tú sabes que eres o a dónde quieres ir”.
Ella dice que sabe, no cree, no siente, no piensa, sabe que “sabemos todo. Otra cosa es que queramos o no. Si tú quieres dejar de fumar tú sabes lo que hay que hacer para dejar de fumar; si tú quieres adelgazar sabes qué tienes que hacer para adelgazar; si tú quieres llevarte mejor con tu pareja ¿tú sabes qué tienes que hacer para llevarte mejor con tu pareja?, sí lo sabes, no quieres o no te apetece o no encuentras la energía para… no quieres”.
Y agrega que “hay una diferencia entre intentar y hacer, cuando tu intentas es porque no quieres hacerlo, tú quieres hacer cuando haces.
Tú sabes perfectamente que lo único que tienes que hacer para llevarte bien con tu papá, con tu mamá, con el mundo y querer al mundo es quererte a ti mismo. Lo sabes, pero no quieres. Prefieres comer donas antes que hacer ejercicio”, y entre risas de esa entrevista ella muy seria remarca: “lo sabemos todo, pero nos es más fácil culpar al otro y recibir el cheque”. Invita a ser sinceros, “la mejor inversión en uno mismo es la mejor inversión, con esa siempre ganas. Y si tú no peleas por tus sueños e inviertes en tus sueños estarás invirtiendo tu tiempo en pelear por los sueños de otro y ese otro te dará un cheque. Entonces, pelea por ti. Escucha más la voz de dentro que las de fuera, pelea por ti. Tu vida es solo tuya”.
A raíz de tantos consejos sabios, le preguntan cómo es que sabe tanto y ella responde: “creo que escuchándote, aprendiendo a escucharte. Teniendo un buen diálogo contigo mismo, yo copio a mi hijo: cuando te haces daño sin querer pídete perdón, perdónate y a partir de ahí comienzas a recibir la información que viene a sanarte. Se trata de aprender a perdonarse y perdonar.
Si tienes clara tu dirección cualquier lugar es un buen punto de partida”. Y por último sugiere que frente a cualquier situación preguntes: “¿quieres o no quieres?” y lo haces o no.
Usa tus superpoderes
Buika cuenta que cuando cumplió 50 años descubrió un superpoder que “me vino a salvar” y fue la comprensión.
Ella sugiere que en la vida hay que rendirse, dice: Ríndete, deja de luchar contra ti. Ríndete, métete en tu misión, tú estás aquí por algo; deja de quejarte, de lamentarte, no critiques, fíjate en lo tuyo, enfócate chico, enfócate. Descubre tus superpoderes, enfócate, empieza a explotarlos.
La comprensión es un superpoder. Cuando tú comprendes lo que tienes delante, cuando eres capaz de bajar, subir o quedarte estéril y vibrar con la persona que tienes delante, tú entiendes.
Cómo me puedo ofender con una persona que, pobre desgraciado que ha tenido una vida de mierda, que encima no le han enseñado a pensar. ¿Cómo puedo culpar a esa persona de ser como es? Yo soy un templo de Dios, como todos, soy un tesoro y Dios me ha dado un tesoro, el responsable de protegerlo ¡Soy yo!