Todos buscamos paz, la paz es lo que nos hace sentirnos libres.
Pero ¿qué hacemos para encontrarla? O mejor preguntar ¿cuándo la buscamos?
Mientras en nuestra vida está todo según deseamos no tenemos necesidad, pero cuando aparecen problemas como una separación, duelo o enfermedad, ahí empezamos a ¡buscarla!
Nadie puede sentir tu dolor o el mío, por eso la búsqueda de la paz es un camino en soledad, difícil, porque nos separa de todo lo seguro, lo conocido.
Cuanto más lo transito, más me doy cuenta que estoy sola en este camino de transformación ya que soy yo la que vivo con mis sentimientos y emociones.
Cuando escucho hablar de este tema en reuniones, aparecen sugerencias que dicen que para encontrar la paz hay que:
-Practicar meditación
-Ser más agradecido, sonreír más.
-Respirar y mantenerte tranquilo.
-Pasar más tiempo al aire libre y en la naturaleza.
–Ayudar a otros y hacer cosas buenas así te sentirás mejor.
Hay muchas otras, pero si en cualquiera de ellas no ponemos el corazón y todo nuestro ser es difícil que hallemos lo que buscamos.
Cuando hay vacío, dolor, el primer paso es enfrentarnos a eso.
En mi experiencia ocuparme de llenar este vacío haciendo estas cosas solo trajo más ansiedad, ya que de alguna manera ocuparme hacía que no piense en lo que estaba sintiendo.
Sí comencé a trabajar en el perdón y ahí me di cuenta que antes de perdonar a los demás tenía que perdonarme a mí misma por no haber hecho lo que tenía que hacer o no ir a ciertos lugares, animarme a hablar temas incómodos, por no querer lastimar a los demás.
También trabajé y sigo trabajando en la culpa, ese sentimiento que corroe el alma, así comencé a comer sin culpa, salir sin culpa, disfrutar sin culpa.
Sobre todo animarme a vivir equivocándome, dándome cuenta que es parte de la vida y que solo así experimento y aprendo.
Buscar la paz y el equilibrio en nuestra vida significa encontrarnos con nosotros mismos, poder vernos completamente, no solo lo que nos gusta y sabemos hacer sino lo que no podemos y lo tapamos por vergüenza o miedo a no ser aceptados.
Hoy podés pensar en tu vida, sobre todo en eso que no te deja vivir sin culpa, sin paz, ponerle luz, animarte a mirar dentro de tu corazón y solamente abrazarte, darte fuerzas y saber que el único amor que te puede sacar adelante es el propio, ese que nos da nuestra alma donde habita Dios.
Bendiciones.