En los últimos doce años, hemos sido testigos de cómo el sector público se ha endeudado intensamente, sin poder resolver sus cuentas y aumentando su nivel de gasto a pesar de su situación deteriorada. Esto ha llevado a un desplazamiento del sector privado y ha generado la esperanza en la sociedad de que, en manos del Gobierno, la situación de los argentinos mejoraría.
Analizando los niveles de empleo durante el período 2012-2023 por sector (público, privado, autónomo, monotributista y trabajadores en casas particulares), se destaca un notable crecimiento en dos categorías: los trabajadores independientes (monotributistas) y el sector público. En los últimos 11 años, el número de trabajadores en la categoría de monotributistas aumentó un impresionante 44,2%, mientras que el empleo en el sector público experimentó un sólido incremento del 30,9%.
En cuanto al sector privado, la cantidad de trabajadores que emplea se incrementó en 11 años solo un 4,7%. De esta manera, en el lapso de tiempo 2012-2023, el sector público tuvo un incremento de empleados un 40% mayor al registrado por el sector privado.
Si bien la cantidad de trabajadores del sector público cayó durante el período 2007-2023 tanto a nivel general como en la administración nacional, en las empresas y sociedades del Estado se vio incrementada la dotación de personal un 211,2%.
El problema de una Argentina con menos empresas
En el análisis de la cantidad de empresas activas durante el período 2012-2021, clasificadas según su tamaño como grandes, medianas, pequeñas y micro, surge un panorama preocupante. Solo las grandes empresas experimentaron un crecimiento del 5,7%, mientras que las pequeñas y microempresas sufrieron un fuerte impacto negativo. En 2021, se registró un 10,7% menos de pequeñas empresas y un 10,4% menos de microempresas en comparación con las cifras de 2012.
Esto contrasta con las promesas de todos los candidatos, independientemente de sus colores y pensamientos, de que las PyME serían las verdaderas protagonistas de la economía en sus respectivos gobiernos. Lamentablemente, no solo no cumplieron con esta promesa, sino que además se ha observado una disminución significativa en la cantidad de PyME en el país en los últimos 10 años.
Analizando la cantidad de empresas activas según sus características de cantidad de empleados, tipo jurídico y antigüedad en el mismo período de tiempo 2012-2021, aquellas con más de 10 años de antigüedad y con más de 200 empleados incrementaron su cantidad.
La mayor caída en la cantidad de empresas fue en aquellas consideradas jóvenes (desde su nacimiento hasta 10 años de antigüedad), con bajas entre un 25% y 38%. Analizando el tipo jurídico, las registradas como personas físicas disminuyeron la cantidad de empresas activas un 23,4%.
Tanto el tiempo de vida de una empresa como la apertura de nuevas y la creación de empleos está relacionada con diversos factores, como ser la presión impositiva: se contabilizó que una PyME debe afrontar pagos de impuestos en 22 de los 30 días de un mes, entre impuestos nacionales, provinciales y municipales.
A pesar de este cuadro de la realidad económica de las PyME y la generación de empleo en nuestro país, el potencial para desarrollarse en diversos sectores, aumentar el nivel de actividad y generar puestos de trabajo es enorme. Los políticos no deben prometer más que arreglar sus cuentas, sacarle el peso de encima a las PyME y dejarlas producir y extraer inteligentemente la riqueza de nuestro país.
Para proyectar su potencial lo analizamos por sectores:
1. Sector minero. Se estima que la demanda mundial de cobre se duplicará en las próximas décadas, mientras que la de litio aumentará un 40% en los próximos 2 años. Esta información representa una excelente oportunidad para el país, ya que posee la segunda reserva mundial de litio y ocupa el décimo lugar como productor mundial de plata. Además, se proyecta que Argentina estará entre los 10 principales productores internacionales de cobre y oro.
Un ejemplo de esta perspectiva en Argentina es el Proyecto Mara, localizado en la provincia de Catamarca, que se destaca como el desarrollo cuprífero más significativo del país. Se prevé que para el año 2030, el Proyecto Mara aportará el 30% de un total de 167 mil toneladas de cobre, posicionándose entre los puestos 10 y 12 en la participación del mercado global de este mineral. Esta situación representa una gran oportunidad para el país en el ámbito minero y puede impulsar su presencia en el mercado internacional de estos recursos estratégicos.
2. Sector agro. Argentina ocupa el primer puesto en envíos al exterior de harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, porotos y maní. Es el segundo exportador mundial de yerba y maíz; el tercero de leche en polvo; el cuarto de peras, poroto de soja y aceite de girasol; y ocupa el quinto puesto en ventas al extranjero de camarones, langostinos y lanas.
Debido al actual contexto internacional, se espera una caída significativa en la siembra de Ucrania y un recorte de la superficie sembrada en Estados Unidos, permitiéndole a Argentina pasar a estar entre los países con mayores posibilidades de ingresar a los mercados de mayor consumo, aumentando de esta manera sus exportaciones y la mano de obra empleada.
3. Sector ganadero. Se estima que para el año 2030 el sector ganadero aumentará su producción 1 millón de toneladas. Aprovechando tanto el prestigio internacional de la carne argentina como el aumento de producción, se espera potenciar el sector en los próximos años.
4. Sector energético (petróleo y gas). Vaca Muerta es la segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo. Va a permitir no solo el autoabastecimiento del país en materia de energía, sino también realizar exportaciones hacia Chile. Para 2023, se esperan récords en la producción de gas y petróleo.
Con la reciente inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner se va a ampliar la capacidad productiva del país, observando como primer impacto mejoras en la balanza comercial del sector energético ya que dejaría de ser deficitaria. Un segundo impacto será que se duplicarían los puestos de trabajo.
5. Sector industrial. El Índice Adelantado del IPI (Índice de Producción Industrial) mostró grandes promesas en el sector industrial, ya que en los primeros 5 meses del 2023 la actividad industrial creció en relación interanual, superó a los niveles prepandemia del 2019 y es el mejor nivel promedio de actividad industrial desde el 2016.
Si bien hubo un aumento generalizado de la actividad, la misma fue liderada por 2 sectores: industria automotriz y siderúrgica. En el caso del sector automotriz, en 2022 representó el 10% del total de las exportaciones del país. La producción siderúrgica por su lado tuvo 4 meses consecutivos de expansión de producción.
6. Economía del conocimiento. La Economía del conocimiento experimentó en la última década una marcada expansión a nivel internacional.
Se considera a este sector una pieza fundamental en el futuro de la Argentina. En el segundo semestre del 2022 se exportó un 19,4% más que durante el segundo semestre 2021. El segmento que más creció fue el de servicios profesionales, representando el 58,5% del total exportado por el sector.