El dólar libre subió por sexta rueda consecutiva este viernes, a un nuevo nivel máximo histórico, ante los firmes controles que impiden el libre acceso a divisas en momentos en que se agilizan las coberturas de cara a las elecciones primarias para elegir candidatos presidenciales en apenas un mes.
La cotización paralela ganó $10 o un 2% en el día, a $522 para la venta promedio. La divisa informal avanzó en la semana $30 o un 6,1%.
La demora en alcanzar un renovado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -para flexibilizar metas y adelantar desembolsos- y una inflación persistentemente alta contribuyeron esta semana a disparar el precio del dólar libre a nuevos máximos. Esta suba también era previsible, dada la habitual conducta “dolarizadora” del ahorrista argentino ante la proximidad de las elecciones.
Además, la compleja coyuntura económica, con un Banco Central con reservas netas negativas, hace que los inversores busquen refugio en la divisa estadounidense, según coinciden los operadores.
“El panorama cambiario es desafiante”, dijo el analista Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group. Señaló a Reuters que “sin dudas que el inversor no sofisticado tiende a dolarizar posiciones frente a un segundo semestre que luce completamente desafiante. De todas maneras, en junio el dólar prácticamente no varió, por lo que no me termina de asombrar aún estos movimientos”.
Analistas estiman que las reservas netas del BCRA se encuentran en terreno negativo por alrededor de US$ 6.500 millones, pese a un reciente acuerdo con China por un ‘swap’ ampliado de monedas.
Con un dólar mayorista que ganó 70 centavos a $265,05 promedio, la brecha cambiaria alcanzó el 96,9%.
El dólar libre llegó a negociarse a $525 por la tarde del viernes, un máximo nominal.
El Central con menos dólares y yuanes
Gustavo Quintana, agente de PR Corredores de Cambio, detalló que este viernes “el BCRA terminó la jornada con compras por US$ 49 millones y en la rueda de yuanes totalizó ventas por 1.056 millones de yuanes”, equivalentes a US$ 148 millones de dólares a una tasa de cambio de 7,14 yuanes por dólar.
De esta forma el saldo neto vendedor del día alcanzó los US$ 99 millones, una cifra que impacta en el nivel de las reservas brutas. En la semana, la entidad monetaria concluyó con un importante resultado neto negativo por su intervención, por unos US$ 464 millones entre dólares y yuanes. En lo que va de julio, el BCRA lleva efectuadas ventas netas en el MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) por unos US$ 954 millones, según datos sujetos a ajuste.
“El poder de fuego del Central para mantener a raya el mercado está tocando fondo. Si no aparece pronto un acuerdo con el FMI la situación podría empeorar más”, afirmó un agente cambiario.
Recientemente el Gobierno argentino postergó hasta fin de mes pagos de vencimientos de deuda con el FMI por unos US$ 2.600 millones.
Recorte de precios para acciones y bonos
En la plaza bursátil, el índice líder S&P Merval de Buenos Aires cayó el viernes un 1,7%, a 443.303 puntos, por una abrupta toma de ganancias tras dispararse un 4,5% el jueves y anotar su máximo histórico intradiario en 452.626 unidades.
No obstante, por la suba del dólar “contado con liqui” que acompañó al salto del “blue”, la baja del panel líder se amplió a 4,1% en dólares, congruente con el descenso de los ADR y acciones nacionales en Wall Street, donde hubo caídas de hasta 8,6% lideradas por Vista Energy, escoltado por Grupo Galicia, Banco Macro y Edenor, con una caída de 6,2%. Los bonos soberanos en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) perdieron un 1,1% promedio, ante reacomodamientos de carteras por posiciones cortas de ganancias tras las recientes alzas.
En Wall Street los bonos en dólares de la Argentina se desplomaron un 3% en promedio, con un riesgo país del banco JP Morgan que subía 76 unidades, a 2.111 puntos básicos a las 17:30 horas.
“Esta semana se llevó a cabo el pago de cupones por parte del Tesoro, lo que implicó un desembolso alrededor de US$ 1.020 millones, de los cuales se estima que el 80% estaba en manos de privados”, recordó la consultora Delphos Investment.
Este viernes, el Ministerio de Economía realizó una licitación de Letras y Bonos con vencimientos entre 2023 y 2025 como parte del financiamiento interno al tener cortada la línea con el exterior.
“Esperamos que en esta prueba el Tesoro sea generoso con las tasas que licite, principalmente por dos razones: 1) las posibilidades de financiarse con el BCRA vía ‘Adelantos Transitorios’ está llegando al límite, y 2) la elevada proporción de vencimientos en manos de privados”, resumió Portfolio Personal Inversiones.
Estrategia
“La suba de estos días me parece que corre por el hecho de que hay demasiados pesos sobrantes y cualquier activo sirve para desprenderse de ellos, formando una cartera de cobertura que proteja contra el aumento de precios. Es decir, se compra lo que hay: acciones, bonos y, obviamente, dólares. La situación económica no muestra signos de mejora evidente y, por lo tanto, las expectativas negativas se mantienen y disparan conductas conservadoras, que derivan casi siempre en dolarizar y esperar”, consideró Quintana.
La última vez que se había registrado un avance similar fue a finales de abril, aunque en ese entonces la escalada fue de 19% en diez días, luego de que se conociera un dato de inflación mucho mayor al esperado. Para ponerle fin a la corrida cambiaria, el Gobierno desplegó una serie de medidas para contener las cotizaciones libres, que incluyó la suba de tasas de interés más alta de las últimas 20 años e intervenciones diarias en los tipos de cambio financieros.
Esta estrategia continúa hasta el día de hoy, pero la cercanía a las elecciones amenaza con ponerla en jaque: históricamente los argentinos tienden a pasar las elecciones en moneda dura por un eventual salto y porque para intervenir sobre los financieros, el BCRA necesita algo que escasea: dólares.
“El próximo año va a ser mejor, pero…”
El sector empresario muestra una mejora sustancial en las expectativas sobre la evolución de la economía para los próximos 12 meses, pero aún resulta insuficiente para disparar decisiones de inversión y de toma de nuevos empleados.
“Nos sorprendió la negatividad del presente pero también la sustancial mejora de expectativas del próximo año”, destacó Daniel González, Director Ejecutivo de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino).
Respecto de la percepción de la actualidad “nadie está viendo un escenario super positivo, pero tampoco un colapso de la economía”, dijo.
Y agregó: “El 2024 va a ser mucho mejor, vamos a vender más, vamos a exportar más, la rentabilidad estará ‘ahí’ pero aún no es suficiente para invertir y tomar empleados. Va a ser un año mejor pero quiero verlo”.
Entre los principales problemas subrayaron: inflación, déficit fiscal, restricción de divisas y la brecha cambiaria. González destacó que “8 de cada 10 digan que el problema es el déficit fiscal nos parece muy interesante”.
“Si observamos las prioridades que debe tener en cuenta el actual Gobierno, según la mirada de los ejecutivos, todo pasa por la inflación, lograr que esté contenida hasta la llegada del próximo Gobierno.
Mientras que las cuatro principales demandas para quienes asuman la próxima gestión se concentran en bajar el déficit fiscal, la inflación y la brecha cambiaria y en potenciar a los sectores más dinámicos de la economía”, agregó González.
La conclusión de la Encuesta de Expectativas de Ejecutivos realizada por IDEA entre 261 ejecutivos de empresas de diferentes tamaños y sectores dejó las siguientes definiciones:
• la prioridad es avanzar en un ordenamiento de las variables macroeconómicas,
• más que una reforma del régimen laboral, los empresarios apuntan a la legislación laboral,
• el 73% consideró que el dólar aumentará significativamente,
• el 48% estimó que la tasa de interés aumentará moderadamente,
• el 40% proyectó que la inflación aumentará significativamente,
• el 40% indicó que el PBI disminuirá moderadamente.
El período de recolección de respuestas se extendió del 14 al 30 de junio. Participaron ejecutivos de 261 empresas de todos los tamaños (65% grandes empresas y 35% pymes) y sectores de la economía. El 53% de las compañías que fueron relevadas pertenece al sector de servicios, el 26% al sector de industria y minería, el 11% es del rubro comercio, el 6% del sector agropecuario y el 4% de la construcción.
Fuente: Medios Digitales