A través del tiempo, el mundo de la pesca te va dando la posibilidad de conocer todo tipo de personajes. Entre los que la practican están los que lo hacen para divertirse, otros lo hacen para alejarse la rutina del día a día, para otros es una excusa para la reunión de amigos en torno a un fogón campamentero y están los que practican la pesca de competencia en la que con el correr del tiempo uno va conociendo personajes que te llevan a entender que en los ríos de la vida la mejor pesca es la amistad
Y en este mundillo conocí a Marcos, un personaje que luego de pasar su adolescencia trabajando junto a sus mayores en una olería a orillas del Paraná, en la zona de Miguel Lanús a mediados de los ‘70 y luego de cumplir con el servicio militar, volvió a acercarse al río pero para practicar la pesca comercial como medio de vida.
Luego se convirtió en taxista, vendedor y radioaficionado, entre otras artes de supervivencia. Pasaron los años y Marcos Fleitas nunca dejó de tener aquella pasión por la pesca y hace poco más de una década su amigo José Lezcano -eximio pescador concursero- lo acercó al mundillo de las competencias y allí lo conocí. Marcos al poco tiempo se ganó el cariño y respeto de todos los que integramos la familia de la FeMiPyL.
Marcos supo representar al Club Pirá Pytá en distintas competencias dentro y fuera del territorio provincial, entre las que se destacaron su participación en Mar del Plata, en la pesca de la corvina negra; o en Chaco y Santa Fe. En esta última provincia fue protagonista de una historia increíble.
Puesto para participar de la competencia tuvo la encrucijada de tener que decidir vender su moto o vender su larga cabellera de más de un metro que la conservaba hacía un montón de años, producto de una promesa que había hecho. Es por eso que se decidió por vender la moto para poder ir a representar a nuestra Federación. En Santa Fe, al bajar del ómnibus, las distintas delegaciones se preguntaban quién era aquel personaje corpulento y con esa cabellera blanca que casi le llegaba a la cintura, y ahí nomás al ser consultado el capitán del equipo misionero, César Alcalde, con su mejor cara de piedra le expresó que se trataba de el “Cacique Katán”, un pseudo descendiente de los Incas Vivientes que estaba integrando la delegación de nuestra provincia. Y aunque intrigó a muchos la veracidad de los dichos del capitán misionero, Cacique Katán se convirtió en el personaje del encuentro y encima le fue muy bien en la competencia.
Hoy día, con sus 68 años, Marcos Rubén Fleitas alterna sus días acompañando a sus 23 nietos y cinco bisnietos con el armado de sus equipos para el próximo concurso que se avecina.
Por Walter Goncálves