Recuerda que el ego es aquello que te impulsa a poseer y a sacar tu peor versión.
Ser implica brillar con luz propia, escuchar a tu voz interior y a romper esas capas de oscuridad para dejar paso a la luz, para dejarte paso a ti.
El ego quiere dominar, poseer y desea sin más. Cuando eres tú en esencia, hay amor, hay libertad, hay paciencia y humildad, no lo olvides.
Creer:
• Igual que has impuesto tus límites, ¿por qué no utilizas esta misma fuerza para ser tu impulsor y creer en ti? Cambia la forma de ver las cosas. Busca nuevas perspectivas, focaliza la energía en confiar en ti y cambia tus creencias.
• Toma la iniciativa en tus decisiones, que no tengan que hacerlo por ti. Sé claro con los demás, ves de frente ante cada situación que te surja y elige lo que te haga ser feliz.
Unidad:
• Da sin esperar a recibir.
• Deja de juzgar a toda persona que encuentres en tu día a día, recuerda que no es más que una proyección tuya todo lo que te molesta de los demás.
Fe:
• Cree y confía en tu poder interior, escucha tu ser qué te dice.
• Acepta lo que es, deja ir lo que fue y ten fe en lo que será.
• Todo se acaba menos la fe, la esperanza y la paz interior.
• Ten fe en tu potencial y en tu grandeza.
Buscamos fuera todo aquello que nos pueda aportar la felicidad que nos gustaría tener y ya que después seguimos buscando y buscando sin fin, desechando cosas y personas.
La felicidad es una decisión, no se busca ni se lucha por ella. Por eso, solo tú puedes decidir ser feliz en esta vida, porque la vida está para vivirla.
Tu ser ya está lleno de felicidad. No obstante, siempre hay momentos en la vida en los que creemos que no acabamos de ser felices.
Aquí es cuando tu búsqueda debe empezar desde dentro, escuchando tu ser.
Escuchar significa dejar de lado el ego y de una vez por todas, dar paso a tu voz interior.
De dentro hacia fuera, no busques la fórmula porque la fórmula eres tú.
Suelta las riendas, da paso a tu mejor versión y recuerda que el mejor momento es aquí y ahora.
Feliz y bendecida vida.