El Parque Nacional Iguazú, que alberga las Cataratas homónimas, ni siquiera había abierto al público el pasado 31 de mayo, pero ya recibió una visita especial. Se trata de Valmiro Aparecido da Silva, de 54 años, paciente del hospital Ministro Costa Cavalcanti de Foz de Iguazú, que ese miércoles pudo hacer realidad su deseo de conocer una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo.
“Estaba ansioso. Lo conocemos por la tele, pero en persona es mucho más bonito”, dijo Valmiro, quien, a pesar de vivir en Foz, nunca había visitado el atractivo.
El paciente está internado desde el 23 de mayo, para un tratamiento oncológico. La historia de las Cataratas surgió durante una conversación con el equipo de Cuidados Paliativos del Cavalcanti (llamado Hope) una semana antes.
“Tan pronto como hablamos con él y nos enteramos de su deseo, comenzamos a trabajar. Hope, el equipo médico, la prensa, la familia y el concesionario que administra el Parque (del lado brasileño, Urbia Cataratas) se unieron para que todo saliera bien”, explicó la coordinadora de Hope, Ana Paula Romanini, quien continuó: “Es en estas acciones simples que el paciente encuentra la vida y la fuerza para seguir adelante”.
La visita fue parte del programa “Último Deseo”, la acción de Hope que busca atender los pedidos de los pacientes que se encuentran en cuidados paliativos. “Este cuidado es un trabajo que busca valorar al paciente en todos sus aspectos. Tratamos de saber más de él, de sus deseos, y así ofrecerle todo el consuelo posible, a pesar de su enfermedad”, dijo la doctora Romanini.
En otras oportunidades, los pacientes ya han recibido visitas de mascotas, además de recibir obsequios, como pescado y comida favorita.
En el caso de Valmiro, fue la primera vez que un paciente de hospital visitó las Cataratas. Debido a su estado de salud, sólo se pudo hacer un recorrido rápido, durante el cual fue asistido por el equipo médico y una ambulancia.
El hombre estuvo acompañado de sus dos hermanas, Maria Aparecida da Silva y Cenira Maria da Silva. Tan pronto como llegaron al Parque Nacional, quedaron deslumbrados por la vista de las cascadas y agradecieron al equipo por la oportunidad. “Esto es verdadero amor por lo que hacés. Mover a un paciente para traerlo aquí es disfrutar el trabajo. Agradezco a cada uno del personal del hospital que organizó y brindó esto a mi hermano”, dijo Cenira.
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