Desde la infracción más usual como tener trabajadores en negro, pasando por los siempre denigrantes campamentos infrahumanos y el trabajo adolescente, hasta llegar a los siempre peligrosos transportes precarios (que tantas tragedias provocaron) y otras faltas como la ausencia de herramientas o de indumentaria, la lista de irregularidades se repite año a año en una de las producciones más emblemáticas de Misiones como lo es la yerba mate.
Que a estas alturas del desarrollo del rubro, con infinidad de operativos hechos con los mismos resultados, se siga hablando de la condición precaria del ambiente laboral es, cuanto menos, lamentable.
El trabajo de calidad, decente, digno y seguro es el único camino para seguir engrandeciendo la producción y el mercado de la yerba.
Que al día de hoy se sigan detectando casos como los que descubrió el Ministerio de Trabajo de la Provincia, en las pocas semanas que lleva la cosecha yerbatera, atrasa.