Royal Blood adelantó el verano boreal con el anuncio del lanzamiento de su cuarto álbum, “Back To The Water Below”, el 8 de septiembre y además compartió su primer single, “Mountains At Midnight”.
Desde sus comienzos, la historia de Royal Blood fue la de dos amigos de toda la vida cuya pasión y dedicación por escribir e interpretar canciones los llevó a una hermosa aventura juntos: una historia que todavía se repite y es tan poco frecuente como destacable.
Mucho antes de que se formara Royal Blood, sus integrantes tocaban con otras bandas en bares vacíos de Brighton y fue entonces cuando de pronto se convirtieron en una historia de éxito que tardó una década en llegar.
Un día estaban calculando cómo recuperar las magras 300 libras que habían gastado en su primera grabación y al cabo de un año estaban en la cima de los charts de álbumes de Reino Unido, revolucionando Glastonbury y obteniendo un BRIT Award como Mejor Grupo Británico.
Su historia se ha caracterizado por la independencia: confiando en su amistad y en su talento musical intuitivo como guía que los catapultara a los shows en estadios y favoreciendo el trabajo independiente lejos de los ojos entrometidos y procurando la ayuda de los mejores compositores.
Sus victorias provienen del trabajo constante, composiciones prodigiosas, una gran interpretación y una pizca de suerte. Ese espíritu independiente continúa en Back To The Water Below, en donde producen ellos mismos un álbum completo por primera vez.
Fue un proceso que eliminó los ruidos de influencias externas y les permitió la conveniencia de componer en su propio estudio en Brighton cuando les llegara la inspiración.
Descubrieron que las mejores ideas son el resultado de seguir el instinto y la conexión subconsciente sobreentendida y lograda durante 15 años de tocar música juntos. Se dan permiso para tener otras ideas: a veces se dejan llevar por melodías en lugar de riffs y ritmos y en otras, emplean todos los instrumentos que sienten que mejor complementan las canciones.
Si tienen dudas, recuerdan un consejo de Rick Rubin: el sonido de Royal Blood no está definido por el género o los instrumentos que tocan, sino por la química generada por los dos amigos.
Pero como lo demuestra el single “Mountains At Midnight”, a veces el resultado es una muestra novedosa del prototipo de la vieja escuela de Royal Blood, aunque con una estampida supercargada.
Como era de esperarse, Mike Kerr con ingenio crea una pesada pared de sonido sólo con el bajo, mientras los ritmos de Ben Thatcher se balancean simultáneamente en forma espaciada y nos golpean hasta la sumisión.
Mientras tanto, las letras de Mike complementan el ambiente ominoso y aciago con una vehemente amenaza: “Soy una bomba de tiempo que viene a encender tu fusible / un matón de 24 kilates con guante de terciopelo”.