El emprendedor Osvaldo Ramírez, creador de la popular franquicia “Bizcochipa” podría convertirse en el primer empresario de la tierra colorada en conquistar el difícil mercado estadounidense con un producto 100% misionero: una chipa que logró convertir en snack.
“Provengo de la abogacía y durante la pandemia se despertó una idea loca en mí pero en la que creí ciegamente y le pedí a mi esposa que confiara en mi instinto: soñamos con crear el primer snack de chipitas crocantes y fundar una empresa. Al principio todo fue difícil, trabajábamos con el concepto prueba-error hasta dar con la fórmula y a partir de ahí, cuando lo tuvimos el producto creció solo. Aclaro que no es una chipa sino una especie de galletita que tiene exactamente su mismo sabor”, reseñó Osvaldo en diálogo con PRIMERA EDICIÓN tras participar en la primera edición de la Expo Té en el Parque del Conocimiento.
Para irrumpir en el mercado estadounidense con su snack, Ramírez trabaja en colaboración con el Gobierno de la provincia a fin de explorar las certificaciones y regulaciones necesarias y así asegurar que el producto cumpla con los requisitos de exportación.
“Siento que es momento de apostar fuerte a un producto 100% misionerista para el extranjero”, acotó el creador del producto.
“La empresa tiene un año y si bien el proyecto siempre fue conquistar al público nos sorprendemos de lo rápido que crece”.
Osvaldo Ramírez
No se trata de una tarea sencilla, porque no implica únicamente llegar sino crear un sistema local sostenible que por sobre todo evite depender de las importaciones de los insumos para producirlo a demanda y forjar una cadena de surtido constante.
En ese sentido la inquietud del gobernador Oscar Herrera Ahuad, tal como aseguró en diálogo con Canal 12 es volcar el impacto económico de la exportación de chipa en la generación de empleo que impulse un despegue económico y promueva la cultura y la gastronomía regional.
“Al establecer un mercado más estable y constante, también esperamos que haya un flujo de ingresos sostenible para los productores locales y un impulso general en el desarrollo de la provincia”, dijo.
Tradición familiar
En un contexto tan inestable y volátil como el actual, Osvaldo sabía que debía basar su idea en invertir todos sus ahorros para la creación una fábrica sólida, con las ideas claras y que apuesten por el crecimiento. Tenía una carta a favor, ya que más allá de haberse convertido en un pionero en la creación una chipa- snack, él proviene de una familia que montó el crecimiento de su patrimonio con una fábrica de chipa tradicional.
“Mis padres emigraron del Paraguay y abrieron la fábrica hace unos 50 años, que, aunque anduvo muy bien se queda en la nada cuando mi padre fallece y tuvo un impasse de 20 años. En la pandemia, mis hijos se querían ir del país para buscar mejores oportunidades y justo me nace esta idea. Les pido que confíen en mí y me ayuden y que si no funcionaba yo mismo les pagaba el pasaje para que se fueran. Gracias a Dios hoy mi familia sigue unida por eso puedo afirmar que hay que atreverse a soñar y a confiar”, alentó.
La fábrica se encuentra en Posadas, comenzó con Osvaldo, su esposa Nancy, sus dos hijos y una nutricionista. Actualmente da trabajo a alrededor de 20 personas y se piensa en la expansión una vez que puedan incorporar más maquinaria.
“De seguir ampliando nuestra capacidad productiva ampliaríamos nuestro plantel al doble. Y esto es algo que me sigue convenciendo acerca de lo que pienso: las PyME son las que van a sacar de la crisis al país porque dan trabajo a la gente, inyectan inversión al mercado y mueven la economía”, remarcó.
El volumen diario de producción se acerca a los 500 kilos de masa que equivalen a 400 cajas con un contenido de alrededor de 40 paquetes; su distribución se hace por medio de una conocida cadena local de supermercados, los hipermercados y ya llegaron a sucursales de Puerto Iguazú, Córdoba, Río Negro, Bariloche, Santa Cruz y Buenos Aires.
“Todo el producto es misionero y hay que apostar ahí”
Para la creación del paquete, los emprendedores trabajaron a la par de la empresa Plastimi, para desarrollar un envase hermético especial que permita la conservación ideal de los ingredientes y garantizar la frescura de su sabor.
“Se tuvo ese cuidado desde el principio se trabajó muy bien con los mismos ingredientes de la chipa, pero se hizo un trabajo peculiar en el área de cocción y secado para obtener el resultado deseado y que sea durable en el tiempo, ya que puede permanecer envasado hasta 12 meses sin que pierda sus características”, aseguró el hombre.
“Contiene mandioca, huevo, queso misionero. Más misionero que esto no hay”, aseguró entre risas.
“Por el momento estamos superando la etapa del papeleo y la burocracia que conlleva sacar un producto del país. Estamos trabajando en todas las certificaciones de bromatología, calidad e higiene”, dijo.
Y agregó: “Además estamos buscando certificarnos en la venta de un producto sin TACC, ya que nosotros trabajamos netamente con almidón de mandioca y no hay ningún otro agregado”.
“Estamos muy expectantes con lo que vaya a suceder y que en todos lados como acá se conquiste a los consumidores”, sentenció.