La crisis económica obligó a muchos trabajadores a explorar nuevas actividades para asegurarse un ingreso extra y el motomandado se consolida como una de las opciones más elegidas, cuyo desarrollo a nivel local había comenzado de modo incipiente en los últimos años.
Luciano Enriquez, creador de la empresa de mandados Rapidipi, contó a PRIMERA EDICIÓN que comenzaron a trabajar durante la pandemia en Posadas y que actualmente cuentan con alrededor de 30 cadetes trabajando en dos turnos.
“Cumplimos tres años de trabajo, ahora somos alrededor de 15 chicos a la mañana y 15 a la tarde, crecimos bastante, también contamos con cuatro operadoras que atienden los mensajes”, detalló.
Señaló que continuamente están cambiando los cadetes, como se le denomina a los conductores de motos, y observó que si bien en un comienzo, la mayoría de los repartidores eran jóvenes, muchos universitarios, con interés en un trabajo de tiempo parcial, y con edades que fluctuaban entre los 20 y los 30 años, hoy en día cuentan con personas de hasta más de 50 años en el rubro.“Siempre estamos tomando gente, los jóvenes son los que mayor rotación tienen, pero también tenemos gente de más de 30, 40 y hasta mayores de 50 años”, relató.
Manifestó que la empresa paga el 70% de la recaudación del día a sus cadetes, mientras que ellos se quedan con el 30%. “En un día lindo, te puedo decir que los chicos se están llevando entre $6.500 y $7000, y un día muy bueno pueden ganar entre $12.000 y $13.000”, reveló.
En materia de precios, precisó que un envío desde el centro de Posadas hasta Villa Cabello tiene un costo aproximado de entre $500 y $550. “Todo depende de los kilómetros, la distancia, también a veces se cobra por bulto, si es muy grande el paquete se le cobra un poquito más”, apuntó.
En relación a la demanda, Enriquez consideró que en un comienzo todos pensaban que terminada la pandemia iban a mermar los pedidos, no obstante destacó que estos “se duplicaron”. “La demanda creció el doble, yo también estoy impresionado por las maneras que usa la gente el motomandado, te piden cualquier cosa, nosotros hacemos todo tipo de mandados”, enfatizó.
Con respecto a la irrupción de nuevas plataformas digitales de delivery, Enriquez observó que estas no son competencia para el servicio que prestan debido a que la atención que ofrecen es personalizada. “Yo no los veo como competencia, aparte ellos son más para comida o algunas compras, nosotros llevamos cualquier cosa y hacemos muy poco delivery de comidas”, aclaró.
Irrupción de las aplicaciones
La aplicación de repartos Rappi comenzó a funcionar en enero de este año en Posadas. Néstor Barrios, uno de los repartidores de esta plataforma, dijo a este Diario que darse el alta en esta app es muy sencillo y no se requieren muchos requisitos.
“Primero hay que bajarse la aplicación, cargar todos los datos personales como cualquier página, darle a ellos una autorización de manejar todo el teléfono prácticamente, porque ellos tienen que anteponer el pedido a un mensaje. Se puede repartir con moto, bicicleta o coche”, explicó.
La app funciona por medio de una red de repartidores a domicilio, conocidos como Rappitenderos. Al descargar la App en tu móvil, estarás en contacto con ellos, quienes a su vez conseguirán lo que les pidas por medio de la misma. Consultado sobre la ganancia, Barrios expresó que esta varía porque en el día tenés distintos montos de pagos. “Hay horas que son tranquilas, después las horas de alta demanda, que son mediodía, noche, feriado y domingos, que es cuando se paga más. Ahora como la aplicación está muy quieta, algunos están levantando 35 mil pesos más o menos por semana”, sostuvo.
Pedidos insólitos
El propietario de Rapidipi, Luciano Enriquez, comentó que en estos tres años les tocó atender todo tipo de pedidos y recordó que entre los más insólitos está el envío de ratas para alimentar a una víbora, como la clásica coca y cigarrillos.
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