El 16 de abril de 1973 se promulgó la Ley Nacional N°20.286, por la cual se creaba la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Así, esta prestigiosa institución misionera cumplió 50 años el domingo y lo celebró con distintas actividades desde la semana pasada, en varios escenarios con alumnos, docentes, ex-alumnos y profesores, al igual que representantes nacionales, provinciales, claustro no docentes, padres y familiares que durante medio siglo albergó esta entidad.
La magister Gisela Spasiuk, secretaria académica de la UNaM, visitó este martes los estudios de laFM 89.3 Santa María de las Misiones para contar parte de lo que fue este primer medio siglo y anticipar lo que se viene en materia académica.
¿Sostener la Universidad pública y gratuita pudo haber sido el principal logro que tuvo en estos cincuenta años?
Sí; sostenerla y con la fuerza de todos los claustros. Porque como toda institución educativa, ha vivido los vaivenes de lo que fueron distintos momentos de nuestro país y de el papel que tiene la educación pública, ya sea en un Gobierno o en otro, Así que sostenerla es uno de los mayores logros que tenemos”.
Pero además de sostener es haber logrado consolidarla y ampliarla. Porque realmente si uno mira de sus inicios para acá, hemos de modo sostenido, incrementado no sólo el número de carreras de pre-grado y de grado, sino también las de post-grado y, sobre todo, las actividades de producción de ciencia y tecnología en su vinculación y pertinencia con el desarrollo nacional. Además, con el crecimiento no solo en Misiones, sino de la impronta que tiene en toda nuestra región en el Mercosur, en este contexto de frontera que nos identifica muchísimo.
Hubo vaivenes políticos, y hasta principios de los 90 un ministro de Economía llamado Domingo Cavallo queriendo privatizar las Universidades públicas y que los chicos pagarán por su carrera, como ocurre en otros países del mundo. Nuestro país tiene un logro muy fuerte, que también repercute en el sistema universitario público, que es haber hecho obligatorio el sistema secundario, y haber erradicado también los niveles de analfabetismo. Esto es muy categórico, Es muy contundente.
Ahora la disputa por los proyectos de país tienen como núcleo de naturaleza inherente pensar qué va a pasar con la educación pública, no sólo la universitaria, con todo el sistema de educación pública. No todos los gobiernos que responden a distintos modelos de país piensan que la educación es clave del desarrollo.
Para muchos, la Universidad y el sistema educativo es un problema privado que debe ser resuelto en el mercado: si tenés plata, pagas y estudiás; y si no, no lo haces. Como si fuera poco hubo gobernantes que han dicho ‘los pobres tienen que acostumbrarse a ser pobres’. Eso quiere decir tienen que acostumbrarse a nacer y morir en el mismo lugar que les tocó por casi por cuestión de naturaleza. Cuando en realidad en nuestro país y su historia muestra que la educación ha sido uno de los criterios, y la educación universitaria uno de los criterios de movilidad más fuerte y categórico que hemos tenido. No sólo formamos profesionales, también nos formamos como ciudadanos en el sistema público.
¿Qué quedó en el debe de esta institución universitaria en estas cinco décadas de vida?
Creo que más que en el debe, nos queda lo que vamos construyendo con las posibilidades y con estos vaivenes con momentos de mayor fuerza y momentos donde resistimos para que la Universidad siga viva. El mayor desafío claramente es cómo instalar la educación a distancia. Aunque venía de antes, la pandemia lo instaló y si hay algo positivo que dejó la pandemia es que el sistema universitario, nuestra universidad en particular, sabe que puede con la educación a distancia y que puede y debe responder a esa demanda contemporánea. Hemos avanzado muchísimo en este ítem, pero a la vez es uno de nuestros grandes ‘debes’.
Instalamos el sistema educación a distancia de la Universidad y lo tenemos acreditado por la CONEAU; tenemos las primeras carreras de pregrado y grado. Estamos utilizando el sistema bimodal, mixto o híbrido, y las facultades están trabajando para potenciar esta posibilidad. El Consejo Interuniversitario Nacional nos ha permitido que del total de las carreras, un 49 por ciento se pueda dictar con esta modalidad, sin que tengamos ningún tipo de dificultad para acreditarla después.
Por otra parte, la profesional trajo a la memoria el rol de las mujeres: “Hay muchas mujeres profesionales. Es un logro y a la vez aún un debe, porque tenemos que ver cómo potenciamos el papel de las mujeres en los distintos estamentos. De igual manera, es un orgullo como universidad que en estos 50 años tengamos esa capacidad de haber logrado romper obstáculos y desigualdades. Hemos transitado con cierta madurez, rompiendo cuestiones discriminatorias para que suceda; así todo sigue siendo un ‘gran debe’, muchos obstáculos estructurales que todavía quedan en términos de accesibilidad también. No sólo en términos de género, sino también de grupos guaraníes; que están pero que todavía son pocos y quisiéramos que sean muchos más y también de discapacidades o discapacitado donde también tenemos graduados, pero hay un montón de cuestiones todavía con eso y sigue siendo un gran tema en términos de inclusión y de accesibilidad, que uno de los grandes desafíos del sistema universitario”.
¿Qué cantidad de carreras y cuántos alumnos tiene hoy la UNaM a 50 años de su fundación?
Son más de 60 carreras de pregrado y grado, entre las cuáles ya se cuentan ofertas totalmente a distancia. Alrededor de 50 especializaciones, maestrías y doctorados en todas las disciplinas. Además que no sólo actualizamos al nuestros graduados, sino fundamentalmente somos un núcleo de actualización, perfeccionamiento y post-grado para el resto de los profesionales no sólo de la región y de Misiones, sino también del resto del país. En general, también quienes se reciben en Universidades privadas, luego realizan postgrados en la UNaM. Eso también es un una característica particular y un sello distintivo que puedan hacer este recorrido entre lo privado y después en lo público, porque da una trayectoria particular.
En cuanto a los alumnos, son alrededor de 30 mil estudiantes, de los cuales 8 mil son ingresantes para este año. Se dijo que habíamos bajado el número de alumnos, cuando en realidad el número puede haber cambiado el comportamiento de qué carreras eligen los estudiantes, pero el número de 8 mil estudiantes se mantuvo en la Universidad Nacional de Misiones.
¿Cuál es la Facultad de la UNaM que más estudiantes tiene hoy?
Claramente en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Porque históricamente tiene mayor cantidad de carreras. Pero, también es de resaltar el comportamiento en la elección de los estudiantes después de la pandemia. Por ejemplo la Facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales tiene una demanda considerable, sobre todo en algunas carreras que están vinculada al campo de la informática. También han aumentado la demanda en esas carreras -informática y similares- en la Facultad de Ingeniería.
¿Cuáles son las carreras que les aprobaron para la modalidad a distancia?
Son dos carreras las que nos aprobaron para llevarla adelante en la modalidad a distancia. Una de ellas es la Licenciatura en Desarrollo Ecoregional, de la Facultad de Ciencias Forestales, que es un ciclo de complementación para técnicos y la tenemos de manera presencial y ahora nos acaban de aprobar la opción totalmente a distancia. También tenemos el financiamiento para los cargos de esa carrera, para ponerla en marcha. La otra carrera es una Tecnicatura de Industria Textil, entre la Facultad de Arte y Diseño y la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales. Entre los desafíos y los ‘debe’, nos hemos puesto a trabajar en forma conjunta entre nuestras facultades”.
También tenemos aprobada la Tecnicatura de Gestión de Centros y Servicios de Salud, que es entre Enfermería y Ciencias Económicas; y tenemos aprobada la Tecnicatura en Abordaje Integral de los Cuidados, y esta es en Enfermería y Humanidades.
¿Cómo llegan formados los adolescentes desde la secundaria a la UNaM?
Lo que dicen los distintos referentes de la facultad, en particular para las ciencias exactas, las dificultades tienen que ver cómo vienen los estudiantes respecto al área de matemáticas, en general. Para el resto de las carreras Letras, Arte, entre otras, que requieren de otro tipo de competencia, tiene que ver con la lectura, la comprensión de texto y la producción de textos.
Sin culpar a nadie, esto tiene varias dimensiones de abordaje. Por un lado, los jóvenes de hoy están alfabetizados en la escuela, pero en un mundo que es digital. Hay una serie de transformaciones en los jóvenes de hoy que repercuten obviamente en el ingreso a la Universidad y en la competencia que nosotros entendemos que deben tener y deben traer, pero que también repercuten en la escuela secundaria. La escuela secundaria está en interpelación, porque en realidad lo que cambia es el joven de hoy, que tampoco hay un joven, hay jóvenes. Además, las trayectorias educativas son diferentes. No es lo mismo el joven que puede acceder a determinado capital cultural, a determinado acceso tecnológico, a experiencias diversas de vida, de lectura, de interpelación que otros jóvenes no pueden. Es otro nivel de complejidad, no es ni mejor, ni peor. Es diferente”.
Así que lo que se está pensando es cómo hacemos para ir haciendo cómo y qué adecuaciones son necesarias para estos tiempos que corren, y no se piensan tampoco de modo individual. Sólo en una universidad se piensan dentro del sistema universitario, dentro del Consejo Interuniversitario a modo general y después cada uno de nosotros pensamos las particularidades situadas. Esos son los debates en los que estamos y son los desafíos también. A nosotros nos encuentra en este cincuentenario, por suerte, con un bagaje interesante de aprendizaje, de apertura, de disposiciones y de ganas por lo menos de debatir, no de obstruir los debates y eso es importante.
¿Les preocupa la deserción universitaria?
Sí nos preocupa la deserción en el sistema universitario en general. Pero no sólo le pasa a la UNaM, no solo pasa en las universidades públicas, también pasa en las universidades privadas. Porque por ahí parece que es una fantasía de que solamente en la universidad pública los estudiantes dejan o tardan más en recibirse. No, también es una característica de época.
“Los venimos viendo en el Consejo Interuniversitario y discutiendo en nuestra universidad. Los planes de estudio están pensados en otros momentos históricos y están pensados para un estudiante tiempo completo. Es estudiante, tiempo completo en general, que sale recién del secundario y tiene el tiempo para ir a un profesor particular, para reforzar matemáticas, químicas u otras. Un gran porcentaje de nuestra Universidad no responde a ese perfil. Muchos de los problemas que tenemos para retener o para el tiempo de duración y permanencia de una carrera tiene que ver con el perfil del estudiante. Como ser estudiantes que trabajan, madres con hijos o alumnos con familia, entre otros.
¿Qué porcentaje hay de deserción en estos últimos tiempos?
El porcentaje de deserción es de aproximadamente el 30 por ciento. Puede ser mayor o menor dentro de una facultad o carrera determinada, pero en general se maneja ese porcentaje.
Inteligencia artificial, Chat GPT… ¿Cómo hacer para trabajar con esta nueva tecnología en el ámbito académico de la Universidad?
El viernes pasado, justamente en el marco de los festejos del aniversario de la UNaM, una de las actividades fue empezar a debatir sobre estos temas. Primero, empezar a conocer qué es la inteligencia artificial desde una mirada crítica y su incidencia en la pedagogía: cómo vamos a enfrentar esto, que no se puede negar que existe y vino para quedarse, como muchas cuestiones de la tecnología. Todavía no hay respuesta de cómo enfrentar eso. Tendremos que ir pensando paulatinamente en modificar las modalidades de evaluación, aquellas que eran totalmente escritas a lo mejor tenemos que empezar a poner otra vez instancias orales donde el alumno empiece a exponerse en el buen sentido, a defender argumentativamente, en cuyo caso, más allá de que te apoyes en la inteligencia artificial o en otra bibliografía, vas a tener que generar argumentaciones de esas ideas, no solo describirlas. Pero obviamente es un debate que recién se abre.
Así como hay docentes que se resisten a la modalidad híbrida o a distancia, ¿cuántos docentes crees que se están involucrando como para empezar a convivir con estas tecnologías?
En la mayoría hay predisposición, las resistencias son cada vez menores. Todo lo que nos pasó en la pandemia, con lo difícil que fue todo eso y lo duro que fue en términos de salud y las vidas que se llevó, en términos de cuestiones institucionales nos dejó instalado un montón de avances y agilizó esos avances que quizás nos hubieran llevado otros tiempos por decisión propia o institucional, entonces ese tipo de resistencias que estuvieron en algún momento no están más hoy; al contrario: vamos viendo también que -sin volvernos apólogos, pero con la criticidad necesaria- tiene que ser una herramienta que nos sirva para agilizar procesos de la vida cotidiana de la institución y sus funciones.
¿Cuál es su posición sobre la reducción de tiempo de formación en las carreras universitarias?
Bueno, es uno de los siete desafíos que tiene el Consejo Interuniversitario Nacional y el sistema universitario argentino para atender los nuevos tiempos y los problemas que están claramente identificados en un diagnóstico, entre ellos la permanencia y el tiempo de egreso. Que quede claro que cuando nosotros pensamos la reducción del tiempo de las carreras no tiene que ver con una cuestión de cantidad de años, se trata de pensar nuevas formas de estructurar los planes de estudio: hoy son todas horas que el estudiante pasa dentro de la institución frente a modelos pedagógicos de la “educación bancaria”, que el profesor repite enfrente y se aprende; tenemos que ir cada vez más hacia centrar la educación en el sujeto, en la autonomía.
No es bajar la cantidad de horas, en un mundo donde no alcanza hoy con la licenciatura, se necesita constante actualización. Entonces, si alguien pasa diez años de su vida formándose en el grado, podríamos intentar que termine en menos tiempo y vaya a seguir perfeccionándose, porque el mercado de trabajo así lo requiere y no puede esperar tanto tiempo para formar los profesionales que necesita.