Dado que no podemos evitar el consumo de ciertos productos de conservación en nuestro estilo de vida actual, debemos tratar de buscar el equilibrio.
Mi mayor sugerencia es: equilibrio en todo. Vivimos rodeados de comodidades que tienen su precio en nuestra salud.
Los niveles hormonales de cortisol por ejemplo, alteran el eje hipotálamo hipofisiario afectando nuestra flora intestinal. Las paredes van desgastándose y cambia la manera en que se absorben los nutrientes, y a su vez si la calidad es inferior comienza a gestarse el cambio que conduce a las alergias, malestares y desequilibrios gastrointestinales. Por eso hay que ayudar a que las toxinas disminuyan lo máximo en nosotros. Ese es el equilibrio para encontrar bienestar a cualquier edad.
Empezar con los pequeños detalles que son grandes pasos.
Siempre les digo a mis pacientes si está envasado o enlatado tendrá menos gérmenes pero a su vez menos nutrientes saludables.
Si vivo rodeado de tóxicos de los cuales disfruto como el aire acondicionado o el auto, debo dar a mis pulmones la posibilidad de aire puro todas las veces que puedo.
Misiones es preciosa y el aire a 15 kilómetros a la redonda ya es otro disfrutar de respiros saludables cada vez que puedo.
Con respecto a la alimentación, aprovechar los microemprendimientos eligiendo consumir menos conservantes en todo, harina de trigo, leche de vaca y procesados.
Los pequeños cambios son vitales, dentro de lo posible tener en claro que no todo lo light o diet es bueno.
¿Pensaste cuando consumís pan lactal o pan integral cuántos conservantes tienen para que duren 3 meses en una góndola? Mientras que el pan casero dura 3 días sin conservantes, si además está hecho con masa madre, harina integral y otros agregados como semillas es más saludable.
Pensaste en las lentejas en lata cuánto duran y lo poco que duran las que pusiste en remojo y cocinaste 10 minutos.
La leche en almendras en cajita y la comprada al microemprendedor. Consumir productos orgánicos, tratar de tener siempre los datos de microemprendedores que cocinan sano, ayudarlos y ayudarte a vos a nutrirte.
Consumir especies para dar sabor y calidad como uso de la cúrcuma, romero, perejil, cilantro y otros. Tener en cuenta los fermentos, las conservas caseras y tenerlas como snacks antes del fiambre o quesos.
Buscar alternativas, vivir equilibrando lo que consumo y lo que me cuido para no volverme fanático pero sí realista.
Mirar una película, pero hacer un poco de deporte, ejercicios simples en tu hogar, elongar, caminar, bailar pero sentir el movimiento en tu cuerpo.
Moverse es salud, es vida. La doctora Nazarena Castellanos, dirige un centro de estudios del comportamiento y calidad de vida en Barcelona, y menciona en numerosas publicaciones los beneficios del movimiento en diferentes patologías tales como enfermedades degenerativas, donde prevalece la disminución de neurotransmisores como las endorfinas.
Destaca la sincronía entre el cerebro y nutrición, la absorción de cada nutriente favorece el desarrollo cognitivo.
Todo esto equilibrado con el descanso reparador disminuyendo el tiempo de exposición a la tecnología en el dormitorio, celular sobre todo, cena temprana y si pueden como hábito incorporar ejercicios de respiración, tomar conciencia para aflojar cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza.
Haciendo consciente el acto de inducción a la relajación y sueño.
La toma de magnesio, hierbas relajantes como lavanda, tilo, melisa ayudan de manera natural a disminuir el nivel de cortisol, a veces se necesita la melatonina como inductor. Pensar en cada detalle es generar hábitos saludables sin darnos cuenta.
Todo cambio es positivo dando pequeños grandes pasos.
Feliz y bendecido domingo.