Cualquier condición climática es la peor para los González, una familia compuesta por Melina, Leonardo y sus dos hijos Axel y el pequeño de dos años Brandon, que tiene una discapacidad severa, ya que viven en una casita con piso de tierra y techo de chapas de cartón donde se filtran la humedad, el viento, el frío, el calor y la lluvia. Así lo explicó Melina en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Tengo dos hijos. Uno es totalmente especial, no vidente, parapléjico, tiene epilepsia, parálisis cerebral y se alimenta sólo por sonda porque tiene reflujo grado 4. Él está en internación domiciliaria en casa. Nosotros vivimos en una casita de 3×4 en la cual tenemos un techo de chapa de cartón y una carpa extendida arriba”, comenzó explicando Melina, ilustrando la situación en la que viven como familia.
A eso agregó que en invierno el piso queda constantemente mojado “porque ni una mano separa el piso de la tierra y los cercos están prácticamente podridos. Eso porque yo vivo atrás de la casa de mis papás y el agua cuando llueve queda ahí estancada”, precisó.
Todo se complica y se agrava ya que el bebé Brandon (que tenía un hermanito gemelo que falleció al nacer), no se mueve y sólo va de los brazos a la cuna y de la cuna al changuito, que por cierto se les rompió.
“Yo pido por lo menos que me ayuden a construir una piecita más para estar más cómoda con los bebés, porque tengo la cuna y dos camas que prácticamente ocupan todo el espacio de donde vivimos. Es muy incómodo”, afirmó la joven mamá.
A su vez, como Brandon requiere atención 24 horas, ella se dedica completamente a su cuidado, y Leonardo, entre idas y venidas al hospital, hace unos meses perdió su trabajo como secretario en una distribuidora, por lo que solo se está desempeñando como changarín.
Un pedido de ayuda urgente
Según Melina, debido a la urgencia de su situación, incontables veces acudieron al Municipio de 9 de Julio, sin embargo nunca recibieron una respuesta, salvo el día que le trajeron una lona para cubrir el techo, ya que con los cartones que tenían, chorreaba a cántaros agua cuando llovía.
“Yo me cansé de insistir a la municipalidad de 9 de Julio. Por la humedad mi bebé agarró neumonía y nunca me prestaron atención, siempre me respondían con un ‘mañana’, ‘pasado’, y así nunca llegaban”, explicó.
Es por eso que no les quedó otra que acudir a los medios y a la solidaridad de las personas que puedan donar desde alimentos, ropa, zapatos y abrigos, hasta electrodomésticos, muebles, o cualquier cosa que pueda servir a la familia González.