Habitualmente los episodios de violencia intrafamiliar conmocionan con mayor profundidad cuando el desenlace es fatal. Pero la sorpresa puede trepar a sus niveles máximos cuando la realidad rompe con la imaginación. El que le tocó a una familia de Cerro Azul superó este vienes a las escenas más extremas del cine.
Un joven de 18 años le dijo a su padre el jueves por la mañana que acababa de asesinar a su abuelo, que le disparó a la cabeza en medio de una discusión cerca de las 8 y que se acostaría a dormir.
El padre del autoproclamado autor criminal o no le quiso creer o lo tomó como una humorada de un muchacho con rasgos de rebeldía constante.
Este viernes por la mañana, al notar que Gumercindo Fernández de 71 años no le respondía a los llamados, el progenitor se trasladó hasta la vivienda del abuelo y lo halló sin vida, con un balazo en la cabeza, tirado en el piso y una lesión presuntamente defensiva en la mano izquierda. Durante los segundos de estupor, Hugo Fernández (48) confirmó que su hijo no le mintió y mató al abuelo.
Su primera reacción, de acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, fue llamar a los efectivos de la Unidad Regional VI para que acudieran a comprobar el homicidio y se inicien las labores correspondientes de forenses y criminalistas en la casa de madera en la chacra del lote 188, paraje Campinas a veinte kilómetros del casco urbano de Cerro Azul.
Tras las primeras comunicaciones y movimientos de los investigadores policiales se dio intervención al Juzgado de Instrucción V, cuya titular Selva Raquel Zuetta y secretarios se trasladaron al lote mencionado para constatar el óbito y tomar las primeras decisiones, entre ellas, la aprehensión inmediata del Marcos Ramón Fernández de 18 años.
El sospechoso fue ubicado cerca del mediodía y no opuso resistencia. Lo atraparon en inmediaciones a su casa en el barrio La Gloria (lote 58) de Cerro Azul.
Los pesquisas también hallaron un rifle de aire comprimido modificado para disparar balas calibre 22 y una motocicleta Keller 110 con las llaves puestas que pertenecería al muchacho.
En la casa de chacra del paraje Campinas la división Policía Científica intervino y se tomaron rastros parar cotejar en laboratorio pero además se adelantaron las lesiones en el cuerpo de Gumercindo.
Una herida de bala de 0,5 centímetros en la cabeza sin orificio de salida y el corte en la mano izquierda, compatible con una lesión defensiva.
Entre las causas o el contexto en el que fue atacado el agricultor, no remarcó que el joven haya asesinado a su abuelo por una botella de vino. Se recogieron testimonios sin embargo, que coincidirían que Gumercindo Fernández no bebía alcohol.
Por lo pronto la jueza de Instrucción aguardará hoy el resultado preliminar de autopsia desde la Morgue Judicial de Posadas y ordenó que el presunto autor siga detenido a la espera del sumario policial para poder llamarlo a indagatoria, se presume por “homicidio agravado por el vínculo”.
