Según un estudio, las personas alcanzamos un mayor nivel de autoestima a edades más avanzadas y más concretamente en la década de los 60. ¿Por qué no alcanzamos antes esta dimensión? ¿Por qué durante nuestra juventud y primera madurez no desarrollamos este músculo tan esencial de nuestro desarrollo personal?
Hay sin duda muchos factores, sin embargo, más allá de esos condicionantes que nos limitan y que pueden impedir estar bien contigo mismo, está la necesidad de hacer cambios. De ser proactivos para trabajar en este tendón psicológico excepcional que es la autoestima y la realización personal. Veamos los siguientes pasos.
Mejora tu estilo de atribución
El estilo de atribución tiene que ver con cómo nos relacionamos nuestros logros o fracasos experimentados. Cuando consigo algo, ¿es porque otros me han ayudado o porque me he esforzado lo suficiente? Debemos tomar las riendas de nuestra realidad y para ello hay que reconocer valías, competencias y capacidades propias.
Cada éxito o error cometido depende solo de la propia persona. Por tanto, un modo de estar bien con nosotros mismos es ser capaces de reconocer lo que valemos, lo que podemos conseguir, dónde están nuestras fortalezas y también nuestras limitaciones.
Nuestro mundo está habitado por cientos, miles de voces. Están las de nuestra familia, nuestros profesores, jefes, compañeros de trabajo, amigos, parejas, las voces de las redes sociales, las modas, las voces de los supuestos expertos y gurús de la política, crecimiento personal.
De entre todos esos sonidos hay uno que a menudo queda silenciado: nuestra propia voz. Dediquemos una parte de nuestra energía a apagar todo ese ruido ambiental de vez en cuando para escucharnos, para tenernos en cuenta y entender nuestras necesidades.
Haz de tus pasiones tu forma de vida
Para estar bien contigo mismo sigue tus pasiones. No te dejes arrastrar por gustos o consejos ajenos, sintoniza con tu identidad y haz de tus preferencias, identidad y esencia tu forma de vida. Si orientamos nuestro día a día hacia ese camino que va más con nosotros, nos sentiremos no solo más satisfechos, sino también más realizados en todos los sentidos.
Las personas con este tipo de valentía, con esa capacidad para abrir sus propios senderos sin importar lo que digan los demás, siempre nos resultan más atractivas. Porque no hay belleza más deslumbrante que la de quien deja a un lado los convencionalismos para ser uno mismo en cualquier momento y circunstancia. La única voz que debemos escuchar está en nuestro interior.