En Arte, se habla de una obra u obras académicas cuando en estas se observan unas normas consideradas “clásicas” establecidas, generalmente, por una Academia de Artes. Las obras académicas suelen hacer gala de una gran calidad técnica. El antiacademicismo suele ser, en cambio, signo de rebeldía y de renovación.
Se llama así en general a la pintura que respeta todas las reglas dictadas por las academias de las artes, las “guardianas” de la tradición artística, que cuidan rígidamente las normas clásicas de representación.
Tengamos en cuenta que las academias surgen en una época donde todavía no se impone la subjetividad del artista, su manera particular de ver el universo. Todavía el objeto de la pintura es la representación de la “naturaleza” (el mundo exterior al artista, no su mundo interior). De ahí la convicción que se puede hacer arte a partir de reglas, de fórmulas, de convenciones, de manera profesional.
El academicismo pinta esa naturaleza de manera ideal. No “soporta” el realismo naturalista. Considera que la realidad está llena de fealdades que no vale la pena representar. El mismo Reynolds (primer presidente de la Royal Academy de Londres -desde 1768 hasta 1792, año de su muerte) argumenta que no hay que “copiar servilmente” a la naturaleza, sino que hay que buscar una forma generalizada e ideal.
Los patrones de belleza no son descubiertos por el artista a partir de su experiencia directa, le son “dictados” en las salas de la Academia, y suelen ser del gusto de la mayoría, clásico. Pero si hay algo que nos enseña el arte es que la vida es hermosa en todo su caos y sus imperfecciones.
Es natural entonces que las academias se vuelvan controversiales. Al imponer los cánones de belleza, las reglas a seguir, “lo que le debe gustar al artista y al público”, justamente terminan promoviendo todo lo contrario a la creatividad. Es así cómo entonces y sin quererlo, se convierten en “inspiración” de artistas y movimientos enteros, que se dedicarán a destruir sus convenciones.
Artistas representativos:
En Francia: Bouguereau, Chaplin, Cabanel, Gérôme.
En Gran Bretaña: Reynolds, Gainsborough, Lawrence.