“No quiero”, “hasta acá llegamos”, “basta”, son frases que utilizamos para poner límites a alguien que está traspasando la línea que hemos marcado.
Poner límites cuesta, sobre todo cuando siempre fuimos permisivos y al mostrar esta parte nuestra generalmente te rotulan de persona “difícil”.
Los seres humanos somos complejos, en la convivencia es donde tenemos que mostrar con firmeza hasta dónde vamos a permitir que lleguen, decir que “no” a los que queremos es lo más complicado.
Pero ¿qué son los límites realmente? Los límites son líneas metafóricas que señalan un punto que no debe sobrepasarse.
Algunos límites están establecidos en nuestra sociedad, no se debe matar, robar, abusar, etc. Aquí hay un castigo por parte de la sociedad a quien lo hace.
En la vida cotidiana nos toca poner a nosotros límites, con cada persona que se cruza en nuestro camino.
Hay castigo por las cosas graves que nombré, pero no hay castigo cuando alguien nos habla mal o se excede en pedir cosas que no queremos hacer. Es ahí cuando tenemos que marcar hasta dónde vamos a dejar que sigan.
Las personas con autoestima baja y miedo al rechazo suelen tener problemas para poner límites.
¿Por qué nos cuesta poner límites? Generalmente hay miedo al rechazo, a no ser aceptado, al conflicto, sucede que en las relaciones aparecen nuestras heridas de la infancia, depende lo que hayamos experimentado.
Estos son mecanismos inconscientes que nos suceden sin darnos cuenta. Por ello siempre invito a la autobservación amorosa y la charla acerca de nuestros sentimientos.
Podemos observar qué necesidad tenemos en complacer a los demás y quizás por eso nos cuesta decir “no”. A veces creemos que si decimos a todo sí y estamos disponibles, nos van a querer y respetar más.
Sucede que después nos enojamos, porque hay personas que le das la mano y te toman el codo.
Si pensamos podemos darnos cuenta que si a una persona al decirle que “no” a algo, esta se enoja, no nos quiere o aprecia realmente. Y quizás es mejor tenerla lejos.
Hoy los invito a observarse y preguntarse ¿cómo me siento cuando pongo límites?
En el silencio esperar las respuestas.
¡Mirarnos amorosamente y seguir aprendiendo!
Bendiciones.