El productor apícola, Antonio Barboza, habló esta mañana con FM 89.3 Santa María de las Misiones, donde se refirió a la actualidad del sector en la provincia, en medio de una compleja situación por los incendios y la sequía.
En ese sentido, señaló que la falta de lluvias “venía afectando bastante el tema de la última floración de la temporada“, un problema que se suma a que el año pasado “tuvimos una floración tardía y que fue muy corto el tiempo de cosecha“.
“Generalmente la miel misionera es de monte, entonces dependemos de la floración del monte, que suele empezar en septiembre, pero este año tuvimos a mitad de noviembre“, explicó.
Tal fue la dificultad que a inicios de la temporada, desde el Ministerio del Agro “se solidarizaron con nosotros y han estado entregando algunos productos para paliar la alimentación de las colmenas, porque llegó la temporada y no había flores, y las colmenas se morían por falta de floración“.
De la misma manera, el alto riesgo de incendio complica la labor de los apicultores, ya que “trabajamos con humo y tenemos que hacer fuego“. Vale señalar que el humo se utiliza para volver más dóciles a las abejas y desorientarlas (siempre que sea en cantidades moderadas); haciendo que durante unos minutos, su actitud sea menos agresiva hacia el apicultor. Asimismo, la amenaza del fuego es un estímulo, ya que las abejas, al detectar el humo, empezarán a ventilar los panales de cera para enfriarlos y muchas irán a llenar sus buches de miel ante la eventualidad de tener que abandonar la colonia por el fuego.
Este panorama complica aún más la producción de un sector que, en palabras de Barboza, “no alcanza para cubrir la mitad de la población misionera“.
“Hace uno años teníamos un promedio, por así decirlo, de 500 mil kilos producidos, y la provincia consumía en esa época 1 millón de kilos, entonces se debe traer miel de otros lugares como Santa Fe o Entre Ríos“, detalló.
La realidad es que la mayoría de los apicultores no se dedican 100% a esta actividad, sino es más bien “un anexo a otros rubros, ya que para dedicarse exclusivo a la apicultura se necesita de mucha cantidad de colmenas“.