Después de muchos años de fumigaciones focalizadas y masivas para tratar de eliminar a los mosquitos adultos de Aedes aegypti (las larvas siguen su ciclo de vida como si nada), hay indicios de que hay poblaciones de Aedes inmunes a los actuales insecticidas.
Según pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN, la investigación está en pleno desarrollo en el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas y sus resultados se esperan para este año. Consultado al respecto, el biólogo y director de Vigilancia y Control de Vectores de la Municipalidad de Posadas, Fabricio Tejerina, confirmó que “se está estudiando en Misiones si hay poblaciones de mosquitos resistentes a los insecticidas, pero en la ciencia nos manejamos por datos y, hasta que no tengamos datos seguros no podemos asegurar algo, no podemos asegurar nada”.
Recordó que “estudios científicos ya relevaron resistencia a los insecticidas en poblaciones de mosquitos Aedes aegypti en Asia, y anticipó que en Argentina ya empezamos a ver algún grado de resistencia en algunas poblaciones, como en Puerto Iguazú y Tartagal (Salta)”. Indicó que, donde se estudia, se empieza a ver esta tendencia de resistencia.
Según preció Tejerina, la “resistencia” a los elementos exógenos es parte del proceso natural de selección artificial. “Esto mismo ocurre en el campo, donde ya se detectaron más de 416 plagas en el mundo agrícola, resistentes a los agroquímicos. El insecticida mata a los susceptibles y sobreviven los resistentes y estos se reproducen”, explicó.
Desaparición de anfibios e insectos beneficiosos
En este contecto, defendió el uso racional de los insecticidas y venenos. No solo porque puede generar mosquitos inmunes a los venenos sino porque “el uso indiscriminado de insecticidas mata a muchos insectos que son beneficiosos para el medio ambiente, y contamina el aire y el suelo”.
Tejerina advirtió sobre “la desaparición en Posadas de anfibios como el sapo y la rana, que son los principales afectados porque ellos respiran por la piel, por lo que cualquier contaminación en el ambiente les afecta un montón. No es casual que los estudios de evaluación de impacto ambiental, lo primero que miran son las poblaciones de sapos y ranas, porque así se dan cuenta del nivel de contaminación del lugar”.

“Fumigar genera una falsa sensación de seguridad”
Tejerina insistió en el uso racional de insecticidas, y recordó que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) protocoliza la acción de bloqueo sanitario ante casos sospechosos o confirmados.
“Está estipulado por la OMS que, al detectar un caso sospechoso o confirmado, se debe hacer el bloqueo lo antes posible. Esto es así porque, cuando una persona está enferma, dos días antes de que empiece con los síntomas y tres a cuatro días después, es el momento de mayor viremia, es decir, de mayor cantidad de virus en su sistema circulatorio periférico. Si le pica un mosquito el ciclo del virus se reproduce dentro del insecto en un plazo de 7 a 9 días, dependiendo de la temperatura, porque a más calor, el ciclo es más rápido”.
Cuándo se debe fumigar
Explicó que “por eso, cuando detectamos una persona cursando la enfermedad, fumigamos su casa y las casas ubicadas a nueve manzanas a la redonda para matar al mosquito y evitar así que pique a esa persona”. Esta es la medida indicada por la OMS para bloquear al virus y su vector, evitando la circulación viral.
“Lo que cuestiono es el sentido de la fumigación preventiva que no es efectiva para eliminar a las larvas, y además genera una falsa sensación de seguridad porque cuando uno pasa para ver si hay criaderos los vecinos te dicen que no es necesario porque acaban de fumigar, y resulta que cuando ingresamos, nos encontramos con un montón de criaderos, porque la fumigación no mata las larvas, huevos ni pupas”, destacó el biólogo y funcionario municipal en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Con una dosis letal obtuvieron apenas el 20% de mortandad
Un nuevo estudio alertó sobre la presencia de Aedes aegypti resistente a los insecticidas más eficaces. Este trabajo recolectó mosquitos en Vietnam, Camboya, Indonesia, Ghana y Taiwán y testeó la eficacia de la permetrina, el piretroide más usado en esos países.
Los investigadores utilizaron dosis letales con los mosquitos recogidos (5,9 nanogramos de permetrina) y, al analizar los resultados, descubrieron que la mayoría de ellos mostraba una alta resistencia. Todas las poblaciones de estos insectos, excepto tres de Taiwán y una población de Ghana, tuvieron menos del 20% de mortalidad.
Ante estos datos, los investigadores decidieron aumentar la dosis diez veces, pero solo dos poblaciones de mosquitos recogidos en Ghana mostraron una mortalidad del 100%. El resto ofrecía una resistencia notable, incluso con el incremento en la dosis supuestamente letal.
De acuerdo a los resultados recogidos, multiplicar por 10 la dosis de insecticida condujo a una estimación de que hasta el 78% de los Aedes en las muestras recolectadas en Camboya o Vietnam, eran resistentes a los piretroides con mortalidades que no superaban el 20%.
Mutación genética
Al estudiar los genomas de los mosquitos que sobrevivieron a la exposición, descubrieron una mutación en el gen L982W, que ya en estudios anteriores se había relacionado con la resistencia al insecticida. Los Aedes recogidos en diferentes poblaciones de Vietnam y Camboya mostraban esta mutación frente a los piretroides, que les brindaba en promedio un aumento de 50 a 100 veces en su resistencia.
Ante este panorama, los investigadores concluyeron sobre la importancia de que otros países también realicen pruebas de resistencia para determinar la verdadera magnitud del problema.