La semana hábil que terminó este viernes marcó un nuevo ajuste en el precio de la carne, del 4,2% en el mercado de hacienda de Cañuelas, lo que reivindica la existencia de un mercado ganadero tonificado, que sin dudas le pondrá una cuota de presión adicional al índice de precios de este mes.
En lo que va del año, apenas seis semanas, el precio de la hacienda en pie trepó ya un 41%. Ese aumento se trasladó sólo parcialmente a las carnicerías de barrio y a las heladeras de los supermercados.
Para tener en cuenta: el kilo de media res, que a comienzos de año se pagaba a $750, ahora ya vale $1.000. Un alza del 33%. Todavía le quedaría por lo menos ocho puntos más por subir.
La duda de los comerciantes se basa en si los consumidores convalidarán estos aumentos explosivos de la carne. Aunque el valor se mantenía con fuertes retrasos respecto del resto de los alimentos, sostienen desde el sector, un incremento semejante muchas veces hace contraer la demanda. Más cuando el consumo global ya se muestra entre estancado o directamente con caídas, según el rubro.
La fuerte suba del precio de la carne, concentrada en unas pocas semanas, hizo que los cortes premium se acerquen a los $3.000 por kilo. Es el caso del lomo, la picaña y la colita de cuadril, por ejemplo.
Otros cortes, de los llamados “populares”, como el vacío, ya costaban en torno a los $2.300. El asado llegaba, y en algunas zonas del país superaba, los $2.000 por kilo.
“La carne estuvo muy barata en 2022. Si analizamos la inflación, el índice de precios al consumidor fue del 94,8% en 2022 y la carne aumentó 42% en el año, el atraso es muy grande”, señaló el jueves el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (CICCRA), Miguel Schiariti.
Los aumentos alcanzaban también, aunque en menor medida, al pollo y al cerdo, con alzas de entre 10% y 14% en la última semana. Lo mismo que los huevos. En estos últimos casos, se trata de productos que -a diferencia de la carne- venían acompañando a la inflación.
¿Estrategia?
“Los aumentos vienen desacelerando”, dice Andrés Costamagna, consultor y especialista en el mercado ganadero. “Si no hay nada raro -como lluvias que impidan cargar los camiones y afecte la oferta de hacienda-, la semana que viene deberíamos estar igual que esta última semana. O sea, con los mismos precios, sin mayores aumentos”, analiza, en diálogo con iProfesional.
Hace algunas semanas, Costamagna había anticipado las fuertes alzas en los precios que se consignaron desde comienzos de año. En aquel momento, el especialista opinó que el precio promedio podría aumentar un 58% en varias etapas.
En seis semanas, las subas fueron del 41%. Acaso sea momento del esperado impasse, para ver si el mercado interno absorbe los ajustes o si, por el contrario, el consumo se desploma otra vez, y no convalida los nuevos precios.
El consumo interno, que había mostrado una incipiente recuperación hacia fin de año, de la mano de la estabilidad de los precios, podría volver a mínimos históricos, de unos 47 kilos por habitante por año.
Habrá que esperar para ver.