Los tiempos finales se han retrasado
para alcanzar el número necesitado
de almas que hayan despertado
para que este fin de ciclo de casi 13.000 años
no sea para la humanidad un mero cumpleaños
sino un, en la espiritualidad nacer
en este galáctico nuevo amanecer
que ya viene con sus luces clareando
la mente de los hombres que se van iluminando
con nuevos conocimientos que los van integrando
y en las buenas obras los seres se van reencontrando
en abrazos fraternos al reconocer en los otros
al mismo Dios que habita en nosotros
y que al mirarse a la cara puedan decir “Te veo”
pues eres el Dios en quien yo creo,
que está en ti y está en mí, y al observar creo
ciclos de vida en renovados mundos
y con el agua de amor los inundo
pero primero en atenta observación a mí misma me he ido re-creando
en ese Dios que Yo Soy y el planeta hoy está necesitando
para calmar la fuerza de sus volcanes
y el furor de sus mares,
no olvidemos que la Tierra se tiene que transformar
y a nosotros en ella nos debe llevar,
para esto es que nuestras vestiduras debemos cambiar
y el viejo ropaje de creencias dejar
para que el nuevo hombre su traje de luz pueda lucir
y a las masas de luz nacientes pueda conducir.
Cada 12.960 años se produce un cambio de Era con una transformación en la geografía a través de fenómenos naturales y eventuales meteoritos. Es ese el “momento” profetizado en que nos encontramos.
Como es sabido las profecías han sido dadas no para atemorizar sino para ser cambiadas por el hombre, pero no por el hombre común sino por aquel que haya despertado tras un arduo trabajo interior, sacándose el ropaje de creencias y de todas esas viejas y áridas maneras de ser para reconocerse como Dios y reconocer al Dios que habita en todos, como también en la Madre Tierra y sus reinos, y así poder guiar a otros a su despertar con el objeto de formar una hermandad de hombres iluminados que conformen la masa crítica para que este amanecer/transición galáctica hacia la espiritual Era de Acuario sea, gracias a haber elevado nuestra vibración, de manera más suave.